Algún día me lo agradecerás: «Para qué esperar, papá. Dame dinero ahora y te lo agradezco ya mismo.»
Come bien, que estás muy flaca: «¿Y terminar como tú, mamá? No gracias.»
Cuando seas madre, entenderás: «Cómo crees, si eres un anticonceptivo…»
Cuántos niños no se querrían comer eso y tú lo dejas: «Estoy siendo caritativo, dénselos a ellos.»
En mis tiempos…: «¿En el paleolítico…?»
Es la última vez que te lo digo: «¡Por fin! Ahora déjame seguir jugando Halo.»
Eso no se recoge solo: «Ya sé, mamita chula, recógelo porfis.»
Hazme caso, te estoy hablando: «Perdón papá, pero mi voz interior iba primero, toma tu turno y luego te atiendo.»
Lo hago por tu bien: «¿Por mi bien? Creí que lo hacías por neurótico, papá…»
Mastica con la boca cerrada: «Y tú no dés órdenes con la boca llena.»
Mientras vivamos bajo el mismo techo, obedeces mis reglas: «¿No te da penita tener sólo 95 m2 de poder?»
Ni creas que te voy a dar permiso: «Bueno, entonces lo haré de modo informal.»
No me gusta que te juntes con esos niños: «Exactamente eso dicen sus mamás sobre mí.»
No somos tus choferes para andarte trayendo y llevando: «¿Ven cómo sí necesito uno?»
No te levantas hasta acabarte el pescado: «Al pescado te lo acabaste tú con esa receta, mamá, guácala.»
No te quieras comer el mundo de un bocado: «No pasa nada, luego lo vomito»
Pero si se acaban de ver, por qué siguen hablando por teléfono: «Porque tu conversación apesta.»
Primero haz tu tarea: «No, porque cuando termine ya se habrá hecho de noche y no me vas a dejar salir a jugar… ¡tramposa!»
Si no te portas bien, no te van a traer nada los Reyes Magos: «Esos tipos deben ser de la CIA, seguro.»
Si no te terminas la sopa no hay postre: «Estoy seguro que este tipo de órdenes resultan en la obesidad infantil, mamá.»
Si va a pasar por ti, que baje y se presente: «¿Y que los conozca? ¡Ni loca!»
Soy tu madre y me respetas: «Mamá, pero si madre es una grosería.»
Te quiero a las 12, ni un minuto más: «Ma, en serio, no te has planteado eso de que tienes complejo de Cenicienta?»
Te voy a esperar despierto: «Como quieras papá, yo dormiré con mi novio…»
Un mes sin ver televisión: «¡Inhumanos!, mejor déjenme un mes sin comida.»
Ve cómo traes los pantalones: «¡Wow! ¡Estoy en un comercial de detergente!»
Ya quisiera yo que, a tu edad, hubiera tenido todo lo que tú tienes: «Entiendo: yo debo ser un pobre diablo para compensar que tú lo fuiste…»
¿Cómo se piden las cosas?: «¿En español?»
¿Con quiénes vas?: «Con mis amigos, pero con quiénes me regrese, ni idea…»
¿Crees que soy tu sirvienta?: «No lo había pensado de esa manera, pero ahora que lo mencionas…»
¿Estoy pintada, o qué?: «Sí, mamá, y se te ve una plastota.»
¿Qué crees que aquí es hotel para llegar a cualquier hora?: «Precisa-mente, ¿Pueden mañana llevarme unos chilaquiles al cuarto, como a las once? Gracias.»
¿Qué mensaje quieres dar con ese vestido?: «Que no me veré así a los treinta.»
¿Traes cola? Cierra esa puerta: «Se dice coca, ma… y no, no traigo.»