Catafixiar: chabuelismo que denota la permuta de un premio, ganancia u obsequio por otro más jugoso, aunque con el riesgo de que la operación salga a la inversa.
Chin-cham-pu: arcaísmo para decir “piedra, papel o tijera”.
Chino, chino japonés, come caca y no me des: forma poética usada para sobajar a los extranjeros y realzar, desde pequeños, la supremacía de la mexicanidad.
Come torta con tu hermana la gordota (tiene chichis de pelota): Come torta con tu hermana la gordota (tiene chichis de pelota).
Córtalas: expresión de resentimiento que invita a dar por terminada una amistad.
El Coco: entelequia formada por el miedo de los infantes respecto a su propio insomnio o mal comportamiento, y alimentada por sus crueles progenitores.
La piñata tiene caca...: arenga navideña para sacarle la fruta a la piñata con un buen palo.
Las estráis (del chichimeca “tú las traes”): juego en el que se escoge al más tarugo para que persiga a los demás, con la intención de alcanzar a alguien que lo reemplace en la misma faena sin sentido.
Lero lero candelero: enunciado típico del gandallismo infantil para hacerle burla al prójimo.
Mi papá tiene una pistola: contraargumento irrebatible que pone fin a cualquier debate de chavitos sobre quién es mejor.
Monja: vocablo maldito que, si se repite muchas veces, revela un mensaje satánico.
No oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado: estrategia discursiva para ignorar el argumento de otro niño en una discusión hostil.
Otro ratito: súplica de hijo que apela al sentimiento materno para seguir durmiendo por la mañana, con la esperanza de no ir a la escuela.
Patoaventuras: arcaísmo para referirse a la narrativa heroica de las propias experiencias.
Pégalas: sinónimo de “te perdono porque no puedo vivir sin ti”, que incita a reanudar la cuatitud.
Pepito: arquetipo de malandro miniatura, relativo a toda infancia, que suscita todo tipo de chistes (blancos, breves, colorados, tres equis...).
Pidos: locución que interrumpe cualquier juego (quemados, las estráis, los encantados...), así como pláticas, discusiones o incluso la realidad.
Saca-cacas: acción de juntar las palmas de la mano en posición de rezar, y aplicar con ellas una punción letal en el ano de un condiscípulo de la primaria o secundaria.
Te dejo en la calle de Vallejo y con tu hermana me emparejo: respuesta infalible de un chamaco a cualquiera que le haga notar su déficit intelectual.
Te invito (seguido de “a comer caca de indito”): exhorto cabuleador cuyas principales víctimas son los despistados.
Vieja al último: burla de género entre machitos, de la que es objeto el perdedor de unas carreritas. || 2. Filosofía de vida de Ana Gabriela Guevara.
Ya se supo Conasupo: frase (en desuso) para exhibir a otros niños que tienen onditas entre sí o que “¡son novios, son novios, se gustan, se besan!”.
Zafín zafado (del verbo “ya estoy ruco”): justificación de haber tirado el canicazo antes de tiempo, sin intención de hacerlo.