Acostarse: acto de colocarse en posición horizontal que puede provocar a las malas lenguas.
Arrimón: contacto intensivo de dos cuerpos.
Atascón: empuercamiento mutuo (y literal).
Brinco: acción de elevación y caída por propio impulso; no importa si se encuentra uno en posición vertical u horizontal.
Clavar: introducir a empellones un objeto cilíndrico. Hay quien clava una tachuela; hay quien clava un obelisco.
Coger: en tauromaquia, cuando el pitón del toro se ensarta en el torero. Para otras lides, sin toro ni torero, sólo sobrevive el pitón y el ensarte.
Cruzar: confluencia de dos cuerpos que en la calle amerita letrero precautorio: cruce de estudiantes, cruce de caballos, o el indescriptible: cruce de caminones…
Darle: ofrecimiento reintercambio o de trueque (de fluídos, normalmente).
Dormir: acción donde conciliar el sueño es sólo una consecuencia.
Empiernamiento: rutina en pareja de estiramiento u contracción muscular de las extremidades inferiores.
Llegue: aproximación intencional de un cuerpo a otro. Existe un curioso diminutivo terminado en –sín.
Parchar: cubrimiento de un hoyo.
Pisa y corre: reacción fugaz ante una emergencia del deseo.
Ponchar: curiosa jugada en la que se marca el out con dos bolas en el bat.
Ponerle: acción de administrar, en equipo, el esfuerzo, las ganas, la enjundia y, en ocasiones, hasta el amor.
Rapidín: acto de camuflaje de la precocidad.
Revolcón: serie desordenada y confusa de maromas piruetas, machincuepas,
Soplar: acción de emitir aire por la boca, aunque en este caso involucra inflar el pequeño ego de alguien.
Tirar: hay quien se tira al drama; pero siempre es mejor tirarse a la vecina.
Venirse: en realidad es irse, pero ni modo de decir “me estoy yendooo”. Sería un poco desatento con la otra persona.