Ojos bien abiertos: Lugares mágicos de la República Mexicana para visitar este 2022

El brillo de Tlaxcala Cada verano, el bosque de Nanacamilpa, en Tlaxcala, resplandece al anochecer con la danza lumínica de las luciérnagas, un increíble espectáculo a solo 90 minutos de la Ciudad de México. Estos diminutos escarabajos atraen a…

El brillo de Tlaxcala

Cada verano, el bosque de Nanacamilpa, en Tlaxcala, resplandece al anochecer con la danza lumínica de las luciérnagas, un increíble espectáculo a solo 90 minutos de la Ciudad de México. Estos diminutos escarabajos atraen a cientos de visitantes hasta el Santuario de las Luciérnagas Canto del Bosque. Este año la temporada será entre el 17 de junio y el 14 de agosto. Por razones de preservación, solo se permite el acceso a un número limitado de turistas, por lo que se recomienda reservar el recorrido lo más pronto posible. Hacia el atardecer, con guías acompañándote, te internas entre los árboles para admirar el ritual de apareamiento, que dura menos de una hora, aunque la experiencia puede extenderse durmiendo con el arrullo de los sonidos nocturnos del bosque y bajo un cielo con millones de estrellas. Se puede acampar o hacer glamping, o bien elegir una cabaña de madera con chimenea para toda la familia en este centro ecoturístico ubicado dentro del mismo santuario. 

El más azul de Cozumel 

En Cozumel siempre hay algo que mirar con detenimiento, especialmente dentro del mar. En su arrecife, parte de la barra coralina más extensa del planeta después de la de Australia, se pueden avistar cientos de especies marinas. Pero hay dos que exigen una visita en meses determinados. En primer lugar el cangrejo azul, que destaca por su belleza y se puede ver únicamente entre septiembre y octubre, cuando realiza una travesía entre la carretera, el manglar y la arena para depositar sus huevecillos en el mar. Después, entre diciembre y marzo, hay que sumergirse para ver a las rayas águila cuando migran a esta zona para aparearse. Verlas “volar” dentro del agua es un espectáculo único que invita a aprender a bucear sí o sí.

Inolvidablemente La Paz

De noviembre a abril sobran los motivos para visitar Baja California Sur. A dos horas de la capital se encuentra Puerto Chale, adonde llegan decenas de ballenas grises a aparearse, para gran emoción del turismo ante el despliegue de aletas, cabezas y colas, sobre todo si alguna se acerca curiosa a la embarcación y se deja tocar. Estos cetáceos nadan miles de kilómetros desde el Ártico hasta las aguas cálidas de Baja California Sur, completando una de las migraciones más imponentes en el planeta. En la misma temporada, en la Bahía de La Paz se puede pasar de la contemplación a la acción y nadar con juguetones tiburones ballena o con lobos marinos (incluso hasta junio) en compañía experta de guías. Sentir cerca a cualquiera de estas especies hace que el corazón palpite con fuerza y la adrenalina corra por todo el cuerpo. 

 
 
 
 
 
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Monarcas del corazón de México

A dos horas de la Ciudad de México se puede respirar profundo y apreciar de muy cerca una de las especies más emblemáticas del país en la Reserva de la Biosfera Santuario de la Mariposa Monarca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y compartida entre el Estado de México y Michoacán. Entre noviembre y marzo, millones de lepidópteros vuelan más de 4 mil kilómetros desde Estados Unidos y Canadá hasta los bosques de oyamel, pino y encino en el centro de México para protegerse del invierno. Se dice que llegan acompañando las almas de los difuntos. Dentro de la reserva hay seis santuarios abiertos al turismo: Chincua, Senguio y El Rosario en Michoacán, y La Mesa, El Capulín y Macheros, y Piedra Herrada en el Estado de México.

 
 
 
 
 
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La vida en rosa en Yucatán

En el invierno, de diciembre a marzo, hay que ponerse a tono con Yucatán, donde se pueden avistar miles de flamencos rosados, cuyo color se debe a lo que comen. A poco más de 100 minutos al oeste de Mérida se encuentra la Reserva de la Biosfera Ría Celestún. Esta y la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos son los únicos sitios en México para avistar a estas peculiares aves. Hay que navegar por la ría en lanchas de motor para acercarse a los flamencos y que éstos vuelen cerca o incluso por encima. En el recorrido se pueden ver otras aves, como garzas y gaviotas, además de tortugas y cocodrilos. Casi mil 500 especies de flora y fauna viven en esta reserva.

 
 
 
 
 
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