Ninguna ciudad rinde tanto culto al cuerpo como Río. No importa si vas diario al gym, cuando caminas por las playas, digamos, Copacabana o Ipanema, sentirás que los brasileños y las brasileñas son los consentidos de los dioses.
A todas horas y por todos lados los verás, en bicicleta, jugando voleibol y futbol en la arena o corriendo por la costera, además de su espíritu siempre festivo. Si a esto le sumas que durante los Juegos Olímpicos habrá gente de todo el mundo, el resultado será una megafiesta de nacionalidades, un tributo ejemplar a Dionisio, con cachaça en mano y samba en los pies.
Afición. (iStock Getty Images.)
En el pasado mundial en 2014, esta ciudad fue sede de varios partidos importantes, incluida la final, por lo que los brasileños están acostumbrados a ser grandes anfitriones, así que no deberás perderte su ambiente, ni diurno ni nocturno, tampoco su gastronomía.
Disfruta de su comida. (iStock Getty Images.)
Si eres fan de la carne, llegaste al paraíso, no puedes irte sin probar la picanha (fogodechao.com.br). Si quieres opciones más sanas, también existen. Casi en cada esquina hay juguerías, prueba los “sucos” de frutas y empanadas. Son deliciosos.
No olvides hacer un tour por las favelas (favelatours.com.br). También ve al Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, espectacular obra de Niemeyer (macniteroi.com.br).
Un paseo por sus favelas. (iStock Getty Images.)
Para consentirte
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