No te distraigas, porque te puede caer encima una cazuela, una caña o un tamal. Es lo que hace única la Guelaguetza: que después de cada uno de los bailes tradicionales de las distintas regiones del estado, los danzantes lanzan al público, como regalo, los productos que han traído con ellos desde su pueblo de origen.
Son las fiestas del “lunes del cerro”, pues el auditorio Guelaguetza está ubicado sobre los montes que enmarcan el centro de Oaxaca. Una ciudad de excelente comida, mezcales, arte y fiesta sin parar, pero aún más durante la Guelaguetza, con casi 80 eventos y festejos paralelos que durante esos últimos días de julio salpican sus calles.
Aparta con anticipación tu hospedaje y tus boletos para alguna de las funciones (ticketmaster.com.mx). Consigas uno o no, no te pierdas el desfile gratuito que hacen las mismas delegaciones que participarán en la Guelaguetza por las calles de la ciudad.
Para cenar y probar buenos cocteles con mezcal ve a Expendio Tradición (expendiotradicion. com), interesante, tanto en decoración como en su carta de comida y bebidas (pide “champaña oaxaqueña” y tlayudas de arrachera).
En Origen (origenoaxaca.com), prueba los molotes de plátano macho. Otra noche puedes seguirla en Piedra Lumbre Galería+Casa de degustación, pequeña y genial, casi clandestina (Fb/piedralumbre).
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