LA EXPERIENCIA

“Ahí va una. Ya va a empezar” nos dice Gloria, la guía de buceo que va en nuestra lancha al tiempo que se escucha algo parecido a una cachetada en el agua. Uno, tres, cinco chapoteos y de repente como respuesta a un llamado del cielo ahí están decenas de móbulas saltando, surcando el Golfo de California.

Al principio una tras otra y poco después uno se sorprende al ser espectador de un concierto de incontables aletazos. A veces sus saltos parecen ser parte de un baile de nado sincronizado, otros una simple expresión de euforia donde el resto de los seres del mar, si posan su vista en la superficie, tendrán su propio espectáculo de fuegos artificiales. Aunque no se sabe a ciencia cierta si estas bellas mantas saltan para quitarse los parásitos, para cazar su alimento o con fines de apareamiento, yo prefiero imaginar que lo hacen porque están invadidas de júbilo al nadar en el magnífico acuario del mundo, como Jaques Cousteau llamaba al Mar de Cortés, jugando a tocar las nubes.

Llegamos dos días antes al Parque Nacional Cabo Pulmo para pasar un fin de semana relajado, poder hacer snorkeling y bucear. La mayoría del grupo tenía la ilusión de avistar o nadar cerca de alguna de las 12 especies de tiburón que hay en área como toro, tigre, sedoso y punta blanca. Pero yo soñaba con ver estas rayas volar.

Mar y cielo se anteponen y se reúnen en esta danza, su piel dorsal oscura y áspera como una lija y su pectoral blanco y tan suave que al tacto resbala lo atestiguan. El vuelo de las móbulas o mantas son expresión de la libertad y el gozo del océano. 

EL LUGAR

Cabo Pulmo fue declarado área Natural Protegida en 1995, Parque Nacional en el año 2000 y es Patrimonio Mundial Natural de la UNESCO desde 2005 siendo el único arrecife coralino de la costa del Pacífico oriental y con más de 25 mil años de vida. Esta reserva es la perfecta representación de la diversidad de la zona; desierto y mar se encuentran para brindarnos una experiencia inolvidable que debemos resguardar no solo como tesoro nacional, sino como presea para la Tierra y la humanidad.

El pueblito de Cabo Pulmo tiene muy pocos habitantes, no más de 60, pero recibe casi 20 mil turistas al año de manera controlada y solo en hospedajes eco amigables como bugalows o campamentos. La falta de electricidad ofrece un regalo, ya que la principal actividad nocturna es admirar la bóveda celeste. Les aseguramos que nunca verán un cielo tan estrellado como éste.

Los sitios de avistamiento y snorkeling son cercanos a la playa y los de inmersión están a unos 15 minutos en lancha aproximadamente; la profundidad de buceo varía entre 15 y 20 metros; el número de inmersiones depende de lo que se contrate, pero recomendamos realizar dos por día las cuales pueden durar entre 20 y 45 minutos. Es requisito llevar la certificación PADI para realizar las inmersiones o bien, tomar el curso adecuado en las instalaciones del centro de buceo.

La mejor visibilidad dentro del agua es en verano. No obstante, las mantas se pueden ver durante todo el año. Los locales cuentan que durante invierno el espectáculo es aún mayor, ya que se reúne miles de ejemplares que migran del norte del golfo a estas aguas cálidas. Es un suceso que no puedes dejar de admirar tanto dentro como fuera del agua. En invierno, también se avistan ballenas jorobadas y si corres con suerte alguna de ellas podría acercarse a tu lancha para que puedas tocarla. Al visitar Cabo Pulmo no pasará más de 5 minutos sin que veas mantarrayas, delfines, tortugas, lobos marinos, pulpos, morenas, peces ángel, meros, gaviotas, pelícanos, garzas. Una vez que llegues habrá vida por doquier; el festín habrá comenzado.

En Cabo Pulmo hay reglas que se deben seguir para su conservación. Está prohibido pescar, usar bloqueador solar, llevar cuchillos, arrojar basura, tirar anclas, tocar los corales y extraer o remover flora o fauna.

Hay una infinidad de lugares para bucear y explorar. El Top 3 de nuestros favoritos son:

  • El Vencedor (Barco hundido)
  • El Cantil
  • Las Casitas

CÓMO LLEGAR

Si rentas un automóvil, desde el aeropuerto Internacional Los Cabos en San José del Cabo hay que tomar la carreta transpeninsular. Las dos horas y media que dura el viaje estarás rodeado por desierto, cactus y mezquites. Hay que atravesar los poblados de Santa Anita, Santa Cruz y Santa María de la Ribera. Pronto el asfalto desaparecerá y los últimos 18 kilómetros serán de pura terracería. Tu vista se iluminará cuando veas una pequeña pendiente y al final de ésta el maravilloso Mar de Cortés en todo su esplendor.

COSTOS

  • Vuelos redondos desde la CDMX: desde $3,000 hasta $7,000 pesos.
  • Renta de auto en aeropuerto: 1,500 pesos por día aproximadamente (precio varía por modelo y seguros contratados).
  • Hospedaje: desde 600 hasta 2,500 por noche.
  • Viaje en lancha con 2 inmersiones: 120 dólares
  • Costo por cada pieza de equipo de buceo: 10 dólares aproximadamente.

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