Vino desnudo. Vino sin maquillaje. Vino libre. Hay muchas maneras —unas más románticas que otras— de referirse a los vinos naturales, aún poco conocidos pero cada vez con más presencia en los restaurantes de la ciudad. Si tienes curiosidad de qué son y dónde probarlos, aquí nuestra guía de vinos naturales en CDMX.
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Vinos naturales: qué son y por qué probarlos
En realidad es el vino que ha existido siempre, desde el inicio de los tiempos vitivinícolas. Es el vino hecho de la forma más natural posible, sin químicos y sin intervención humana que altere su naturaleza.
Sin químicos
Para entenderlo mejor, pensemos en cómo se hace el vino normal. El enólogo diseña el vino, define los olores, sabores, el carácter. Entonces adapta productos, técnicas y procesos en la elaboración para lograrlo. Ya en la bodega, se vale de levaduras de diseño y otros productos para mover a su gusto los niveles de acidez, azúcar o graduación alcohólica. Además, como sucede en la mayoría de las industrias agrícolas, la vinícola se vale de pesticidas y herbicidas químicos para controlar la vida —y rentabilidad— del viñedo.
Los vinos naturales no se diseñan, se trabajan con lo que la naturaleza provee: uvas, levaduras silvestres, etc. Nacen en viñedos biodinámicos libres de químicos y herramientas tecnológicas. Por ejemplo: las plagas se controlan con animales —patos, halcones— y el campo se ara con caballos.
Colores turbios
Algunos vinos naturales se ven un poquito turbios porque no se filtran. Otros adquieren colores más pálidos. Esto es porque no se les añaden sulfitos, responsables de neutralizar tanto a las levaduras para evitar que el vino se fermente más, como a las bacterias que lo avinagran. Gracias a ellos, el vino conserva color y aroma.
Sabores peculiares
Como no fue diseñado ni cocinado en bodega, el vino natural puede presentar sabores más burdos pero no es una regla. Algunos vinos naturales —los mejores— son tan balanceados como nos normales. Prueba, prueba, prueba, hasta que encuentres a tus favoritos.
Por qué beber vinos naturales en CDMX
Por el simple hecho de no tener químicos, es un vino más saludable, ideal para aquellos que quieren ser más conscientes de lo que consumen. El movimiento inició en Beaujolais, con Jules Chauvet. Le siguieron Marcel Lapierre y Pierre Overnoy en Francia. En México, el primero fue Jaír Téllez con Bichi, en Tecate Baja California.
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Vinos naturales en CDMX
En nuestro país hay tres bodegas produciendo vino natural, pero no los encontrarás en tiendas. Si quieres conseguir vinos naturales en CDMX, búscalos directamente con las bodegas, en algunos restaurantes o con algunos clubs de vino como Vinario (vinario.lat) o Mercado de Vinos (mercadodevinos.mx).
Bichi
Es la bodega del chef Jair Téllez y el enólogo chileno Louis-Antoine Lutty. Hacen alrededor de siete etiquetas, pero la disponibilidad va cambiando. Prueba el Rosa de Perú (100% nebbiolo) o Gorda Blanca (100% moscatel).
Vena Cava
Los viñedos de Phil Gregory y su esposa Eileen, en el Valle de Guadalupe, son biodinámicos. Prueba el Ámbar, un vino naranja muy sabroso (hecho con método de vino tinto pero uva blanca, chardonnay).
Bodega El Garambullo
Se trata de los más recientes. Los enólogos son Branko Pjanic y Natalia López y los viñedos están en San Miguel de Allende. Sus vinos naturales estarán pronto a la venta en la ciudad.
Vinos naturales en CDMX: dónde probarlos
Hay varios restaurantes chilangos que ofrecen una buena selección de vinos naturales en CDMX de Francia, España, Italia y otras partes del mundo. Los encuentras desde $300 por botella.
Merotoro:
Amaya. Gral
Prim 95, col. Juárez.
Loup Bar
Tonalá 23, col. Roma Norte
Tachinomi Desu
Río Pánuco 132, col. Cuauhtémoc
Café Milou
Veracruz 38, col. Condesa
Máximo Bistot
Tonalá 133, col. Roma Norte
Pujol
Tennyson 133, col. Polanco
Quintonil
Isaac Newton 55, col. Polanco
Rosetta
Colima 166, col. Roma Norte
Lardo
Agustín Melgar 6, col. Condesa
Cicatriz Café
Dinamarca 44, col. Cuauhtémoc