Cervecería Tepito: chela artesanal en pleno barrio bravo

La tradición del barrio bravo es la compra fayuquera, pero en medio de ese caos de gritos de “bara bara” y pasillos estrechos llenos de gente, hay una luz en el camino. En especial para quien guste de la…

La tradición del barrio bravo es la compra fayuquera, pero en medio de ese caos de gritos de “bara bara” y pasillos estrechos llenos de gente, hay una luz en el camino. En especial para quien guste de la cerveza más allá de las micheladas y gomichelas. Aquí también hay chela artesanal, etiquetas de lúpulo, malta y cebada en un lugar inesperado. Para llegar a él, puedes hacerlo a pie desde el metro estación Lagunilla, Tepito, o bien, caminando desde Garibaldi.

Después de pasar por los puestos de ropa, fundas y micas para el celular, perfumes, consoladores y todo lo necesario para armar el ‘pachekit’, se llega al destino esperado: Cervecería Tepito, comandada por Javier Pérez (y familia), un amante de la chela que prefirió abrir un local familiar que un tugurio de giro negro.

Cervecería Tepito

Foto: Raquel del Castillo

Su local es sencillo: al principio no vas a saber ni a dónde voltear a echarle un ojo. Las paredes están tapizadas de corcholatas, gorras dedicadas a San Juditas y muchas botellas de cerveza de todo el mundo. Don Javi (como le llaman) es un apasionado del tema. Nomás toma tantita confianza y no te suelta porque quiere enseñarte las novedades del local. Puede pasar horas hablando de ello y de la historia de su barrio.

La última vez que fuimos, nos recomendó las siguientes etiquetas:

Fila de chelas artesanales

Foto: Raquel del Castillo

Pale Ale con toque de habanero: de cervecería Regina llega esta chulada que amarás con unas simples papas a la francesa.

Witbier: de la casa cervecera local Belcebú, elaborada con trigo. Entra como agua, pero sabe mucho mejor.

Carlitos: porque no podía faltar humor y política en la mesa. Esta stout de Error de Diciembre con notas de menta. Aunque su estilo es algo pesado, es refrescante para el mood primaveral.

Mole: una edición limitada de La Chingonería, y que aquí aún puedes conseguir (ya sea para beber ahí o para llevar a casa). Su venta comenzó a finales de febrero, así que si eres de aquellos coleccionistas de botellas, córrele con don Javi porque se acaban.

Peanut Butter: de Cervecería Ramuri, la crema de cacahuate ahora es una delicia líquida. De estilo Porter, es el postre después de unas lager.

Si te animas, échale una llamadita a Javier para saber las buenas nuevas: 5526 2638.

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