México es un país privilegiado por la variedad de su cultura, y parte de esta reside en sus destilados. Si vives en la ciudad y aún hay rincones de la República que no conoces, lo único que tienes que hacer es prepararte mentalmente y probar cualquiera de estas bebidas mexicanas con licores oriundos de distintas entidades.
Curado de arándano
Muchos lugares de la ciudad presumen que venden pulque, pero la verdad es que, en varios de ellos, sus “curados de frutas” saben a smoothies. En La Nuclear, el sabor de los que venden tiene un fuerte dejo de pulque blanco, pero saben ricos. Su carta ofrece varios sabores de “curados”, pero el de arándano es bastante artesanal y hasta tiene pedacitos de la frutilla roja. Tienes que vencer tu prejuicio y darle un buen sorbo para convencerte.
Sotol
Como su nombre lo dice, está preparado con sotol. Licor tarahumara por excelencia, que identifica a varios estados norteños, pero especialmente a Chihuahua. Lo venden en Baltra Bar y, para que tomes precauciones, lleva huevo, cardamomo, jugo de frutas de temporada y albahaca, para perfumar.
Corazón
Lo encuentras en Limosneros y te hará amar a Oaxaca y sus mezcales. Es ideal para acompañar el calorón que precede a las lluvias chilangas, porque lo sirven helado, y en un vaso alto. Lleva mezcal espadín, jugo y una rodaja de melón, bitter de Ibérico y unos cuantos hielos.
Tepache
Representando especialmente a Jalisco, esta bebida está cobrando en nuestra ciudad el auge que siempre ha tenido en algunas coordenadas del centro y Bajío. Aunque hay varios lugares para tomarlo, Moxie tiene una receta bastante tradicional. Puedes elegirlo con o sin alcohol, así que no tienes pretexto para no probar este dulce fermento de piña.
Mojito yucateco
Sólo puedes encontrarlo en un lugar de la ciudad: Hanal K’u. En este restaurante, que rinde culto a Yucatán y sus tesoros gastronómicos, preparan un mojito con ron, hierbabuena, pepino y un chorrito de Xtabentún (el licor anisado por excelencia de la región). El cual te transportará al instante a la península y te hará sentir la brisa del mar (casi, casi) debajo de una palmera.
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