¡Ya viene el iPhone 6! Y se nos hace agua la pileta porque ya esté en nuestras manos. Hay quienes dicen que no tiene nada nuevo y que Steve Jobs lo hubiera hecho mejor, pero come on, no podemos negar que el diseño rifa.
Si aún no decides cambiar tu teléfono por este, te dejamos unas buenas razones por las que es mejor tener un nuevo iPhone, que una nueva relación.
1. Es seguro: va a llegar
Por mucho que se retrase la aparición del bendito gadget, será por lo mucho un mes. No tenemos que vivir en la incertidumbre de si llegará mañana o tal vez nunca y nos quedaremos para vestir santos. No tenemos a nuestros amigos encima, viéndonos con cara de lástima y diciéndonos “tranquilo, ya llegará”, mientras nos dan palmaditas en el hombro y cara de lástima.
2. Tu iPhone no se enoja si ves otros teléfonos
Aunque los veas sólo por comparar (aceptémoslo: sabes que al final tu teléfono es el mejor y más codiciado). Tu iPhone no te hará un pancho de dimensiones épicas por haberle echado el ojo al modelito que trae tu mejor amigo. Hasta lo pueden intercambiar un ratito y no hay fijón.
3. Sabes cuánto te costará
Sí, puede ser que para algunos el precio del iPhone sea exorbitante y hasta tengan que pagarlo durante años en abonos chiquitos, pero al menos sabes el precio desde el principio.
En el caso de una relación, los gastos son impredecibles: desde cuánto te pueden costar unos trapitos para verte mejor e impresionar a la presa en cuestión, o picharle una cenita de vez en cuando para no verte marro y miserable.
¿Quién te dice que no acabarán casados y después de un doloroso divorcio te dejará en la pobreza? Piénsalo.
4. Eres la envidia de tus amigos y tus enemigos
No puedes esperar a que alguien te llame o te mande un whats para sacar “casualmente” tu nueva adquisición y que alguien pregunte: “wow, es el nuevo iPhone con 128 gigas y pantallota, ¿verdad?”, mientras tú modestamente respondes: “¿Qué, esto? Ah, sí, está padre pero lo uso para lo básico, no entiendo a las personas superficiales que le dan tanto valor a lo material”.
Mientras tanto, todos se arden porque quisieran tenerlo ya pero aún siguen endeudados con su 3GS. Cuando encuentras nueva novia, puede que despiertes envidias, pero el nuevo iPhone te hará blanco de todas las miradas. Aunque aguas, eso incluye a los rateros, mejor no lo saques en el micro.
5. Sabes que es el mejor modelo disponible
Cuando sales con una nueva chica o chico, siempre te queda la espinita: ¿no me estaré apresurando?, ¿no habrá alguien mejor para mí allá afuera?, ¿habrá una morra más frondosa?, ¿tal vez un dude con sonrisa Colgate? Con el iPhone esto no ocurre: sabes que tienes el top del top hasta que salga algo nuevo. Nada de dudas existenciales que te corroen. Ok, le metiste toda la quincena y unos pesitos extras, pero habrá valido la pena y lo sabes.
6. El iPhone no te exigirá haber sido el primero
Uno de los dramones más intensos de las relaciones tiene que ver con las y los ex. No falta la pregunta incómoda como: “¿Y Fulanita es mejor novia que yo?” o en el peor de los casos: “¿Y sultanito la tiene más grande que yo?”.
Si estas preguntas no se manejan con pericia y profesionalismo, todo puede terminar en un desgreñe que ni Tata Dios los podrá salvar. Un iPhone 6 no se pondrá loco si sabe que acabas de romper con un 5S y que antes de él tuviste un 4. Ni siquiera se inmutará porque antes -¡OH, SACRILEGIO!- de pasarte a las filas de iOS eras un mortal androidero. No te juzgará por ello.
7. Puedes estar seguro, nadie más te anda dedeando el equipo
Una de las cosas que amamos de iPhone es su lector de huella digital. Gracias a él podemos estar seguros de que los metiches no andarán embutiendo su cuchara en lo que no les importa y que habrá cosas reservadas sólo para ti. Lo que no suele pasar con las relaciones, porque por mucho que te juren y perjuren que eres el único usuario de ese equipo, no falta el que anda ofreciendo el qwerty a la menor provocación.
8. Pase el tiempo que pase, seguirá siendo delgado
No nos hagamos, siempre que empezamos a salir con alguien, nos preocupa dar buena impresión. Pero una vez que ya amarramos al prospecto o prospecta, nos dejamos ir como chivo en cristalería y empezamos a fodonguear durísimo y a tragar como niños Dios… picio. Nos conocieron como varitas de nardo y terminamos poniéndonos como árbol del tule. Cosa que no pasará con un iPhone: él siempre será delgado, bello y suavecito al tacto.
9. Él no te cambia por otro
Cada que se anuncia la llegada de un iPhone nuevo, tu instinto de comprador compulsivo te empieza a hacer salivar y la espera por el nuevo modelito se va volviendo más insoportable. De repente tu teléfono actual ya no está tan chido y te empiezas a preguntar cuánto falta para tu cambio de equipo. ¿Sabes qué es lo mejor? Que a diferencia de una relación, tú siempre vas a ser el que deja. Tu iPhone no te va a dejar por otro ni le echará el ojo a un usuario nuevo que llene más sus expectativas. Suena ojeis pero, ¿quién dijo que la vida era justa?
10. ¿Que no tienes uno? ¡No pasa nada, la vida sigue!
Aceptémoslo: aunque a veces parezca que nuestra vida depende de que tengamos o no tal o cual teléfono, de que vayamos a tal o cual antro o nos vistamos con ciertas marcas, la neta no dejan de ser cosas materiales.
No tener a quién abrazar o un amigo a quién llamar sí es triste, pero ¿un teléfono? No pasa nada. Sabemos que hay gente que desde que se anunció el iPhone 6 ya estaba formada para ser de las primeras en tenerlo y pues chido su cotorreo, pero todos sabemos que hay cosas más importantes. ¡Relaja la raja!
Y ustedes queridos chilangos, ¿van a comprar o no el iPhone 6 y 6 Plus? ¿Son de esos a los que ya les gorgorean las ganas o más bien les vale queso? Dígannos qué opinan, que para eso está la bonita sección de comentarios.
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