Llegó la hora de oooootroooo Call of Duty, pero esta vez, como dice la canción, “una de estas cosas no es como las otras”, aunque este juego termine otra víctima más del Síndrome de la Stacy Malibú: lo único nuevo que tiene es un sombrerote llamado Exoesqueleto, pero con eso basta para darle un giro muy interesante.
Y es que justo cuando muchos habían augurado el fin de esta franquicia, Sledgehammer llegó para callarles la boca pidiendo un poco más de tiempo y libertad para entregarnos algo fresco. El resultado final no es innovador, pero sí es refinado y eso, hablando de una franquicia desgastada, ya es mucho decir y merece un aplauso.
Comencemos con el aspecto técnico: ¡por fin tenemos un Call of Duty a la altura de la nueva generación! Y eso que aún puede dar mucho más, porque recordemos que Advanced Warfare también sale para la generación viejita. A pesar de ello, este juego se ve hermoso. Sledgehammer le echó mucho más ganitas y pasión a este aspecto respecto a los otros estudios que le precedieron, de eso no hay duda.
Las primeras horas de juego, como ya es costumbre en estos juegos, son espectaculares y demuestran el avance gráfico, que no es un salto cuántico, pero sí es notorio. Su tendencia de imitar al cine es espectacular y sus cinemas valen la pena por sí mismos. Está de más decir que las texturas, los gestos de los personajes y los detalles de cada escenario son muy notables. El audio es otro aspecto que merece un aplauso (aprovecha ese teatro en casa al que nunca le sacas provecho real y súbele el volumen cuando estés jugando COD:AW).
Luego viene la trama, que tampoco asombra y es un mero pretexto para la destrucción y la espectacularidad: Advanced Warfare se sitúa más o menos en el año 2050, época en la que los gobiernos nacionales han desaparecido a favor de una supercorporación paramilitar conocida como Atlas, cuyo mandamás es ni más ni menos que Jonathan Irons, interpretado por el señorón Kevin Spacey. Aquí eres un soldado llamado Jack Michell, que es contratado por Irons luego de una sensible pérdida en el campo de batalla. Y eso es todo. Luego vienen los mismos clichés de siempre: terroristas, explosiones, guerra, ciudades futuristas, viajes por el mundo, armas nucleares y un villanazo que quiere dominar al mundo. Aparte de algunas reflexiones interesantes sobre el futuro del mundo visto a través de la guerra, Sledgehammer no aporta nada nuevo a la trama de este tipo de juegos.
Kevin Spacey está muy bien en su papel y aporta frescura a la narrativa, pero noté algunas inconsistencias en su representación en los cinemas contra su desempeño en tiempo real. Y ya si nos ponemos muy estrictos, algunos diálogos no empatan a la perfección con el movimiento de sus labios y sus gestos.
Pero dejemos la trama y hablemos de la progresión, que es totalmente lineal (como siempre: ir de punto A a punto B) pero (también como siempre) estrepitosa, espectacular, cinematográfica, de gran escala y entretenida. Aunque eso sí, arrastra muchos errores como inteligencia artificial tonta en ocasiones, clichés como interruptores que tienes que presionar para abrir puertas y secuencias con vehículos.
¡PERO EL SOMBRERO ES NUEVO!
Y aquí es donde viene la gran salvación de Advanced Warfare en cuanto a mecánicas de juego se refiere: el exoesqueleto, el sombrero nuevo de la Stacy Malibú. Pero no es cualquier sombrero: es uno que justifica la compra de este juego por toda la frescura que aporta a su desenvolvimiento. Y quiero aclarar que no es que esto sea una novedad para el género, sino que es algo fresco para la franquicia. Pero si a dicha frescura le agregamos los estándares de alta calidad de la serie entera, estamos ante una fórmula ganadora que no innova pero sí justifica el gasto.
El exoesqueleto no sólo aporta TODAVÍA MÁS espectacularidad al juego, sino también nuevos movimientos y soluciones a situaciones cliché. Por ejemplo, saltar, eliminar enemigos o salvar aliados. Todas tus habilidades de humano se potencializan, dotándote de una sensación de poder superhumano que le aporta variedad a las mecánicas. Esto, aunado a algunas nuevas armas y herramientas, es suficiente para decir “¡vaya, algo significativamente nuevo por fin!”.
Tanto en este apartado como en los planteamientos éticos y su visión de la tecnología del 2050, se nota que los desarrolladores le pensaron tantito para salirse del lugar común y dar más variedad a los clichés de la franquicia, lo cual es notable y se agradece.
Por supuesto que el exoesqueleto no es fijo: lo puedes mejorar conforme avances, y de eso dependerán mucho las sorpresas de la campaña y del multiplayer.
LA MISMA GATA PERO…
Precisamente de eso quiero hablar ahora, pues sin duda es el gran pretexto de compra de este tipo de juegos: el multiplayer de Advanced Warfare es prácticamente el mismo de siempre en cuanto a su forma pero el fondo tiene algunas cosillas interesantes.
Para empezar, por supuesto que la introducción del exoesqueleto en el juego le aporta mucho al multiplayer: rapidez, agilidad, ingenio, personalización, estrategia, exploración. Si sólo tomarámos en cuenta esto, estaríamos ante un multiplayer totalmente nuevo. Pero hay más, porque ahora tenemos un Pick 13 para personalizar aún más tu experiencia. Y vas a tener que pensarle bien, porque cada herramienta tiene un costo. Administra bien tus recursos y podrás vencer.
Sledgehammer dio prioridad a la verticalidad en los escenarios, lo cual es muy coherente con la inclusión de los exoesqueletos, así que aquí se anota un punto de frescura más. Pero claro, la verdadera estrategia consiste no sólo en saber equiparte bien sino en, como siempre, aprenderte de memoria los mapas. Hay algunos elementos intempestivos que tratan de aportar espontaneidad y sorpresa (como tsunamis), pero no funcionan al 100%, así que no te emociones.
Los modos multiplayer tampoco son innovadores y los “nuevos” más bien son como la misma gata pero revolcada, lo cual no está mal porque los fans no esperan novedad, sino consistencia con algunos toquecitos de novedad. Eso es lo que tendrán aquí con Uplink y Momentum, pero mi favorito es Exo-Survival, donde nunca sabes qué esperar (por lo menos en las primeras sesiones de juego) y la variedad de actividades a realizar es muy decente. Pasará un buen tiempo antes de que te aburra.
En resumen: Call of Duty: Advanced Warfare sí es la misma Stacy Malibú. Claro que tiene mejoras notables en los aspectos gráficos y técnicos, pero en su esencia representa a una franquicia desgastada que está dando patadas de ahogado. Pero qué patadones. Sledgehammer se esforzó por meterle alma al juego, usó la imaginación, empleó y combinó bien sus herramientas, se trató de salir del lugar común y conjuntó su experiencia con el legado de la serie, dando como resultado un buen juego que agradará a los fans e impresionará a los que juegan por primera vez un Call of Duty o regresan después de muchos años de haberlo dejado. Si tú eres una persona a la que ni le va ni le viene lo que pase con esta franquicia, notarás el desgaste del género al jugar Advanced Warfare y, fuera de alguno que otro “wow”, no te vas a impresionar. O lo amas o eres un completo novato y te encantará, pero Advanced Warfare no admite medias tintas.
La luz al final del túnel en el que están los First Person Shooters como Call of Duty aún se ve lejana, pero ya que estamos subidos en el tren, hay que disfrutar el viaje (aunque estemos a oscuras). Y Sledgehammer nos trató muy bien en éste.
Calificación 4 de 5
+ Multiplayer satisfactorio
+ Espectacular, espectacular, simplemente espectacular
+ Narrativa y estética cinematográficas
+ Buenas actuaciones (dos palabras: Kevin Spacey)
+ Un buen vistazo al futuro de la guerra
+ Exoesqueleto: el gran salvador de este juego
+ Buen esfuerzo de los desarrolladores por refrescar la serie
– La misma Stacy Malibú pero con sombrero nuevo
– Trama banal
– Poca innovación, mucho refinamiento
– Campaña llena de clichés
Call of Duty: Advanced Warfare
Desarrolla: Sledgehammer
Publica: Activision
Consolas: PC, PS3, PS4, 360, XO
Clasificación: M para audiencias maduras
Salida: 3 de noviembre 2014