Dicen que con dinero baila el perro, pero jamás dijeron que de preferencia tenía que ser efectivo. Ésa es la bonita realidad del DF, pues aunque se promueve mucho el uso de tarjetas en vez de cash e incluso de métodos de pago electrónicos, la verdad, es que es toda una odisea sobrevivir en esta ciudad sólo con un gadget monetario o un plástico, ya que sólo 14% de los establecimientos en el DF lo aceptan, y de aquí a que lo usen, es otro cuento.
Para las empresas grandes, cumplir con todos los requisitos para tener una terminal punto de venta (donde se hace el cobro con tarjeta) es relativamente sencillo; sin embargo, ¿Qué pasa con miles de changarros, vendedores ambulantes y trabajadores independientes?
“Los requisitos para tener una terminal punto de venta son abrumadores y los hacen desistir de la idea”, señaló Mariana Tello, gerente de relaciones públicas de iZettle, empresa sueca que busca romper con el dominio de las terminales punto de venta en el país con una pequeña opción de alta tecnología.
iZettle trata de un dispositivo lector de tarjeta, del tamaño de una bocina para celular, el cual le da la posibilidad a todos estos changarros de aceptar pagos con tarjeta y de paso hacerle la vida más fácil a nosotros los usuarios.
Este gadget financiero, creado por Magnus Nilsson y Jacob de Geer, fue lanzado a mediados del 2013 en México y desde entonces, el servicio ha comenzado a ser adaptado por negocios de todo tipo que van de heladeros hasta taxistas, como Aristeo Cano, taxista basado en el sitio 472 (ubicado a una cuadra de la estación del metro Barranca del Muerto).
“Desde mediados de año empecé a usar esta solución porque a veces los pasajeros no tienen dinero en efectivo, o porque por cuestiones de seguridad uno trae poco cambio y ellos quieren pagar con un billete grande”, relata su historia mientras conduce por el Anillo Periférico.
Este aparato se conecta con una computadora tablet o con un smartphone usando el puerto de audio del dispositivo (que por raro que parezca, permite su uso para transferencias de datos) y por medio de una app se conecta con los servidores de iZettle para realizar la operación financiera, avalada por Santander y las empresas Visa y Master Card.
Este tipo de soluciones son parte de la vida cotidiana de los taxistas en ciudades como Nueva York, pero en la Ciudad de México todavía es inusual, “a veces los clientes se sorprenden al saber que acepto pagos con tarjeta, pero les parece una gran idea”.
De hecho, los compañeros de Aristeo ahora también tienen equipos para recibir pagos con tarjeta.
De acuerdo con la vocera de iZettle, el único requisito para suscribirse es tener una cuenta bancaria a nombre de la persona que vaya a suscribirse al servicio con el fin de recibir los depósitos correspondientes a los pagos realizados y dar una comisión de 3.75% del monto de la transacción en caso de pago con tarjeta de chip y 4.75% en caso de pagos con tarjeta de banda magnética.
Café Parabién
Otro ejemplo de esta modernidad ambulante es Fernanda, encargada del café Parabién, que está a media cuadra del ITAM, San Ángel.
A media mañana, el café Parabién tiene una larga cola de estudiantes esperando por sus capuchinos y un bocadillo caliente entre clases; sobre un iPad, los clientes firman con el dedo sobre la pantalla táctil para cerrar la cuenta y que su voucher virtual les llegue a su correo electrónico.
“Los clientes, casi todos son estudiantes y profesores que vienen a toda prisa para pedir un café, el problema es que si no traen efectivo, entonces perdemos la venta porque el cliente va a buscar el efectivo, pero normalmente ya no regresa”, contó Fernanda.
En los tres meses que Parabién ha estado usando la solución de iZettle, Fernanda dice que, “aproximadamente la mitad de nuestras ventas ahora ya son pagadas con tarjeta de crédito”.
Pero no todos los clientes le tienen fe a estos dispositivos electrónicos como para confiarles su tarjeta.
Debido a que su diseño es muy diferente de las terminales tradicionales, “la gente piensa que es una máquina para clonar tarjetas, por lo que a veces la miran con desconfianza, pero como el voucher de su pago les llega a a su correo electrónico, se pierde la desconfianza”, señaló Mauricio Villavicencio, co fundador de la heladería Glace Helado, ubicada en la calle de Ensenada de la colonia Condesa.
Además del sistema de recepción de pagos con tarjeta, Mauricio y su socia Dulce, le sacaron jugo a iZettle de maneras novedosas.
“Con la información obtenida podemos conocer qué sabores son los más demandados y datos como cuántos clientes piden su helado en vaso y cuántos en cono; suena trivial, pero son tendencias que nos ayudan a mejorar nuestra oferta y hacer una mejor planeación de costos”, dijo Mauricio mientras sirve una bola de helado de té verde, que es pagado con el poder del dedo del consumidor.
¿Y ustedes, ya conocen iZettle?