Samsung Electronics lanzó el primer smartphone del mundo con una pantalla curva, una variante del Galaxy Note que pone al gigante asiático un paso más cerca de conseguir dispositivos con pantallas flexibles, incluso irrompibles.
Las pantallas curvas están en la primera línea de la guerra de innovación de Samsung con rivales como Apple y LG Electronics, en momentos en que la firma surcoreana trata de expandir su liderazgo en el lento mercado de los smartphones de gama alta.
“Es un paso adelante para tener con el tiempo dispositivos irrompibles y teléfonos flexibles. Pero por ahora, el nuevo teléfono es más un producto simbólico”, dijo Nam Dae-jong, analista de Hana Daetoo Securities, que agregó que Samsung aún no tiene la capacidad de producción a gran escala de pantallas curvas y táctiles para el nuevo Galaxy Round.
El Galaxy Round es el intento de Samsung por calibrar el apetito del consumidor por teléfonos curvos, aunque la falta de otras características llamativas supone que probablemente no será un éxito, dijo.
“No creo que sea inmensamente convincente para los compradores de dispositivos ya que (…) la pantalla curva no viene con muchas características únicas”, dijo.
La pantalla de 5,7 pulgadas (14,4 centímetros) del Galaxy Round tiene una ligera curva horizontal y pesa menos que el Galaxy Note 3, permitiendo una sujeción más cómoda que otros modelos de pantalla plana del mercado, dijo Samsung en un comunicado.
Sus prestaciones clave incluyen una función que permite a los usuarios acceder a información, como llamadas perdidas, incluso cuando la pantalla esté apagada.
El teléfono inicialmente sólo estará disponible en Corea del Sur y no se ha dicho aún si será lanzado en otros mercados.