Recientemente se abrió la exposición Correspondencias. Archivos y fondos del Cenidiap en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, y dentro de sus grandes promesas está el adentrarnos a la vida íntima –y cotidiana- de Rivera y Kahlo, que son expuestos a través de cartas personales, telegramas, manuscritos, postales, fotografías y diversos documentos de la época.
Aquí algunos datos que no te debes perder:
¿Casa estudio?
Lo primero que tienes que saber al llegar a esta construcción de Juan O´ Gorman es que se trata de una de las primeras estructuras funcionalistas en América Latina; es decir, un inmueble hecho para la clase trabajadora. Recordemos que Diego se consideraba un obrero del arte, y es por esto que mandó hacer estas edificaciones.
OJO: A pesar de que la pareja habitó este lugar y varios más en México y el extranjero, fue en la casa Azul, hogar paterno de la pintora, a donde siempre regresaron. De hecho, este inmueble en Coyoacán fue adquirido por Rivera después de que Guillermo Kahlo (padre de Frida) hipotecó para pagar los tratamientos médicos de su hija.
Diego por la paz
Una de las piezas que componen esta exhibición es una entrevista con Rivera que se publicó en Estados Unidos al año siguiente de su muerte (1958). Escuchar su voz al ser interrogado sobre la importancia del arte en la política resulta una experiencia impresionante.
Su compromiso con la humanidad iba más allá del de un artista común. Incluso pueden verse diversas cartas que escribió a artistas en favor del movimiento mundial por la paz y en protesta por las pruebas atómicas impulsadas tras el lanzamiento de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Otra pieza imperdible es un telegrama que escribió al entonces presidente Lázaro Cárdenas, en reprobación por la destrucción del mural de O´Gorman en el antiguo aeropuerto de la Ciudad de México, denunciando aquel mandato como “un atentado contra la libre expresión de pensamiento, la dignidad y libertad del arte”.
Amor Kahlo – Rivera
Mucho se ha dicho sobre el amor que profesaban Diego y Frida, pero en esta exposición se puede observar más sobre la vida cotidiana de la pareja. Se exhiben cartas personales e incluso notas de queja sobre la servidumbre que limpiaba la casa en ausencia de Frida.
Las 12 páginas escritas con puño y letra de Frida dejan expuesto el amor y coraje que había rondado su relación: “Estamos a 29 de octubre y ya cuento los días para el 20 de noviembre [fecha en la que se casaron por segunda vez]. Te quiero más que a mí misma. Te cayó el chahuistle conmigo, pero ni modo, hasta que no ahueque el ala, te querré.”
“No me importa acabar mis últimos días en Lecumberri con tal de tener la satisfacción de haberle tumbado el pico a zopilotes como ella”, refiriéndose a Guadalupe Marín, segunda esposa de Rivera, con quien tenía constantes problemas.
Diego – mi niño
Si piensas que Diego no fue precisamente el hombre más atractivo, una fotografía que se exhibe por primera vez, hará que cambies de opinión. Se trata de una postal de Diego Rivera a los cuatro años, en la que Frida colocó en la parte de atrás una nota muy emotiva:
“Mi Dieguito maravilloso a la edad de cuatro años (en Guanajuato), 1890. ¡Qué manitas y qué ojos tan inteligentes!”
Otros amores del pintor
No fueron pocas las infidelidades que se supieron de Diego Rivera y es que fama de ojo alegre siempre tuvo, para muestra un botón:
Recado a María Félix: “Te extraño mucho, te adoro, vivo sólo para verte otra vez, dime cuando iré por ti” Diego.
Telegrama a Dolores del Río: “Maravillosa Lolita… eres la muchacha más preciosa que he visto en la vida” Diego.
Carta a Dolores Olmedo: “Es necesario precisar claramente que yo no tengo relaciones objetables en el terreno del amor, ni con la persona de liga puramente oficial, ni con ninguna otra (…) Creo tener derecho, dada la intensidad de mi querer, a que se me diga SÍ o NO, precisa y claramente (…) La adora invariablemente”. Diego.
Muertes separadas
Una mascarilla mortuoria, decenas de fotografías, recetas médicas, cartas y telegramas, abren una ventana a la última etapa de ambos creadores. Lo mismo podemos ver una imagen de Frida sobre una cama entrando a Bellas Artes para inaugurar su primera exposición individual en México, que la carta que Diego dirigió a sus hijas para hacerles saber su última voluntad: mezclar sus cenizas con las de Frida y depositarlas en su casa de Coyoacán.
Lamentablemente debido a disputas familiares, no sucedió así y sus restos fueron llevados a la Rotonda de las Personas ilustres en el Panteón Civil de Dolores, mientras que las cenizas de Frida permanecen en la Casa Azul.
Si quieres saber más sobre estos dos grandes, no dejes de visitar esta exposición, estoy segura que descubrirás más secretos después de leer sus cartas.
Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo
Av. Altavista esq. Diego Rivera, San Ángel Inn
Hasta el 17 de julio
m-d, 10-18 h
$30, excepto estudiantes, maestros y adultos mayores
Domingos entrada libre