La primavera llegó y nos provocó una calentura extrema, de esas que no se curan con paracetamol, sino con contacto humano. Ahí está el dilema, chatos.
Esto de andar como burro en primavera es cosa complicada. De hecho, el juego del ‘que esto, que el otro, que qué onda, que me gustas, que sí que no‘ es más difícil que el ajedrez.
Y es que para entrarle al juego del romance, hay que estar vestidos del amor. Saber cómo conquistar a tu mujer, volverla loca; o si ya es tuya, mantenerla en las nubes y no en el infierno.
Por eso preparamos unos buenos consejos para que hagas que tu chiquitebebé te mire como el semental que eres (en tu cabeza).