¿De qué se trata esto?
El clásico vibrador de pilas. Es bello porque hay en colorcitos atractivos, formas diversas (¡hay hasta los que se retuercen!) y viene con velocidades, para que tú controles -como dicen en los comerciales de condones- el grado de placer.
Recomendable usarlo para…
El uso más común, sentimos decirlo, se lo dan las muchachonas solteras que “anhelan la virilidad y la compañía de un hombre” (pavadas, pues). También lo puedes usar en pareja, pero con cuidado: si eres mujer, no lo saques sin avisar antes porque podrías producir pánico exacerbado en tu pareja. Y si eres hombre, pregunta si le gustaría sentir “potencia doble” (¡gulp!).
JAMÁS lo uses…
…de forma sorpresiva. Estamos acostumbrados a las figuras fálicas, sobre todo en el terreno del sexo (evidentemente), pero no a las que usan baterías y hasta tienen soniditos. La idea de una penetración “artificial” puede dejar helados a los tímidos, así que mejor empieza con algo más light.
Bonus plus
Si jamás has tenido sexo anal (tanto si eres hombre como mujer) y quieres probar de qué trata, recurre al finísimo vibrador anal: casi todos tienen una base más ancha que el perímetro, para que el esfínter no lo succione y… bueno, no tengas que ir al doctor muerto de dolor y vergüenza.