Cuando cerraron los centros nocturnos (conocidos comúnmente como table dance), muchos chilangos lloramos. ¿A dónde a donde irá veloz y fatigada, la golondrina que de aquí se va? Fueron acusados de fomentar la explotación sexual y la trata y se armó un debate intenso por incluirlos en la Ley de Establecimientos Mercantiles de la ciudad.
Las personas que ahí trabajaban (como meseros, garroteros, bailarinas eróticas y cantineros) han buscado que se reconozca legalmente su empleo, pues muchos de ellos colaboraban ahí por voluntad propia sin ser explotados ni extorsionados.
Pero, ¿qué pasaba adentro? ¿cómo era un centro nocturno hace dos años? ¿A poco se acabaron los privados? ¿Por qué tanto brinco si el suelo está parejo? Entrevistamos a Silvia, quien durante tres años trabajó como bailarina erótica en diferentes establecimientos:
¿Cómo es que entraste a trabajar ahí?
Yo ingresé a trabajar a un centro nocturno a los 18 años, cuando me salí de casa y me fui a vivir con una amiga. Rentamos un espacio para vivir y nos dimos cuenta de las dificultades económicas. A mí se me ocurrió, por puro juego, decirle a mi amiga: “oye, ¿por qué no nos metemos de bailarinas?”. Aunque ella lo tomó a broma, días después nos volvimos a preguntar si debíamos considerar esa opción. Me puse a buscar direcciones de lugares en internet y nos lanzamos a uno ubicado en Marina Nacional.
¿Qué te pidieron para poder entrar ahí?
Nosotras pedimos que nos entrevistaran. Imagínate, teníamos 18 años las dos, estábamos muy jóvenes y nos preguntaron si realmente sabíamos qué era eso. Y no, realmente no teníamos ni idea, sólo como lo veíamos en televisión y en películas, onda ‘Striptease’. Nos subieron al lugar porque nos veían muy indecisas y muy confundidas. Nos llevamos una sorpresa al ver cómo era todo el movimiento.
¿Qué te sorprendió?
Que los striptease que se hacían eran muy explícitos. Algunas chicas se quitaban TODA la ropa e incluso ahí se masturbaban enfrente de todo el público. Interactuaban con los clientes en las mesas y, pues sí, nos sorprendió.
¿Qué significa interactuar?
Que les hacían bailes a los clientes, que tomaban con ellos y que los besaban.
¿Cualquier persona podía entrar a trabajar ahí sin problemas?
Hay quienes entraban con representante, las colocaban en diferentes lugares, pero casi siempre las chicas llegaban al lugar para pedir trabajo. Los de seguridad son los que te echaban el ojo para ver si podías cubrir el perfil y si veían que de plano estabas muy fea o muy gordita, te decían que el gerente no estaba. Si ellos te aprobaban, pasabas con el gerente y debías bailar para que vieran tu cuerpo.
¿Te cobran por entrar?
No, pero hay lugares en los que te cobraban por estar ahí. Yo estuve dos semanas en uno que me cobraba 300 pesos diarios, y ya sea que trabajara o no, tenía que pagarlos. Si algún día no sacaba un peso, me los anotaban en una cuenta.
¿Cómo hacen las personificaciones? ¿Cada quien escoge su papel?
Cada quien lleva su personalidad o su estilo propio. Te puedes poner un nombre, pero finalmente una debe ser auténtica allá. Eso sí, nos ayudan con el vestuario para los bailes y cada quien escoge sus canciones.
¿Cuál es el límite de edad? ¿Una señora de 50 años puede seguir bailando?
Depende del lugar. Donde yo trabajaba había una señora de 40 años que sólo fichaba.
Ahora bien, ¿qué pasaba en los privados?
Varía dependiendo del club y de las chicas, ya que había quien por uno, dos o tres boletos, hacía lo que los clientes quisieran, pero también había quienes pedían más. Funcionaba así: los clientes pedían sus boletos con la boletera. Si sólo compraban uno, incluía un striptease de tres minutos en la mesa. Había lugares que te armaban paquetes, por ejemplo, a partir de cinco paquetes, podías interactuar con la chica con cortina medio abierta. A partir de 15 boletos, ya podías tener sexo con el cliente, si así lo decidías. Si no querías, se lo aclarabas desde un principio. También podían meter dos chicas en un privado, si ambas accedían a esto.
¿Les daban condones para cuidarse?
Ahí mismo en el lugar se los venden a los clientes. Todas las chicas, por lo regular, exigen el condón.
¿Cuánto costaba un boleto?
Entre 200 y 250 pesos.
¿Ya incluía la bebida?
No, sólo es un baile de tres minutos o una canción. Las bebidas son aparte, ellos las pagan para que una esté con ellos acompañándolos. Si te querían tocar más o si querían un baile, debían comprar los boletos.
¿Qué pasa si el cliente está muy gacho?
Una vez me tocó un señor ya muy muy grande, de la tercera edad, que incluso ya usaba muletas. Yo llegué a tomar la copa con él, pero en el momento en el que me pidió que le bailara y que tuviera relaciones con él, yo dije: no, ¡para nada!
¿El lugar te obligaba a quedarte con algún cliente aunque no quisieras?
No, si no queríamos estar con un cliente, sólo debíamos avisarle al gerente y no había ningún problema. De hecho, le podíamos decir a los clientes que no nos latían que no hacíamos privados. Todo era opcional durante las cinco u ocho horas que estábamos ahí.
O sea que hay gente que las cuida…
Sí, todos nos cuidaban: el gerente, los meseros, las misma compañeras.
Silvia, dinos la verdad y nada más que la verdad. Las copas que les invitan los clientes, ¿tienen alcohol de verdad o es puro pájaro nalgón?
Las pedimos que nos las rebajen con jugo o con refresco. Claro, hay bailarinas que los toman derecho, pero no todas. De hecho, como muchos clientes ya saben esto, nos dicen: sí te invito, pero si tomas de a de veras. Y ya es decisión de una decirle si toma o no.
¿Qué pasa si te invitan una botella de champán?
Una gana más comisión.
¿Cuánto te toca por copa?
Pues cuando una entra ahí nos dicen que la copa se vende en tal precio y que a nosotras nos toca tanto. Por ejemplo, una bebida le podía salir a los clientes en 200 pesos y a nosotras nos tocaba 70 u 80 pesos y el resto se divide entre todos.
¿Cuánto llegaste a sacar en una noche?
Lo más que llegué a sacar fueron entre cinco y seis mil pesos, pero hubo noches en las que me iba con las manos vacías.
A ver, ¿y qué pasaba si una noche era muy mala? ¿Podías pedir tu salida antes para irte con algún cliente?
En los lugares en los que yo he estado no manejaban la salida, había que cubrir un horario. Lo único que se podía hacer era ponerse de acuerdo con el cliente para verse en algún sitio después de la hora de la salida y decirle cuánto cobrabas.
¿Te has enamorado de algún cliente?
Sí… ¡dos veces! Y fueron historias terribles, pues por lo regular asisten hombres casados que te bajan la luna y las estrellas. Algunos se convierten en clientes asiduos que invierten en ti; primero te compran bailes, copas y luego te invitan a salir a comer, al cine, a irse de vacaciones juntos. Uno se encariña, pero son relaciones destructivas porque ellos buscan una salida a su matrimonio y se refugian en ti. Ellos no olvidan que te conocieron en ese lugar y no funciona.
¿Y cómo es un día de tu vida fuera del centro nocturno?
Me despertaba tarde, como a las 10 o 12 del día. Iba al gimnasio, iba al súper, a la plaza, al cine. Entre semana descansaba más que nada.
¿Tu familia sabía de esto?
No, nadie y tampoco se lo imaginaban porque en donde yo trabajaba había horarios por la tarde. Yo entraba a las dos de la tarde y salía a las nueve u once de la noche, a más tardar. Ahora ya no hay esos horarios, esto fue hace dos años.
¿Lo extrañas?
Sí, me iba muy bien. A pesar de que hubiera días malos, al día siguiente me recuperaba. Ahora quiero regresar.
¿Te ves haciendo esto toda tu vida?
No, pero mi idea es hacerme de un negocio propio a partir de las ganancias que tenga ahí.
¿Es cierto que ya no existen los privados?
Sí, claro que existen en los lugares que están reabriendo. Según esto no deben tener relaciones, pero hay lugares en los que los clientes aún tienen sexo en los privados. Obvio las chicas no van a delatarlos.
¿Qué les parece el teje y maneje del baile erótico? Interesante, ¿a poco no?
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