– ¿Vamos al hotel de siempre?
– Mmmse… si quieres.
– No es obligación, ¿eh?
– Sí, sí, vamos allá, total, siempre es lo mismo.
¿Les suena conocida esta plática? Sí, quizá después de la situación del Tri y de los nuevos impuestos que nos ensartaron, estas frases son trending topic entre las parejas.
Y es que… la neta, hacerlo en el mismo lugar de siempre, con los mismos cadereos y las mismas frases para echar pata, uno se aburre.
Pero… ¿qué tal si lo hacemos en casa de tus papás cuando ellos estén arriba viendo la televisión? Ah verdad, cambia el panorama, ¿no?
El secreto encanto del peligro
Más allá de un cuestión emocionante, la adrenalina que se libera ante una situación de peligro inminente potencializa el asunto ya que acelera el ritmo cardíaco, aumenta la respiración y ello hace que a la sangre le entre más oxígeno, nos dilata las pupilas, o sea, ¡puras maravillas para mejorar el sexo!
La elección del lugar de los hechos
Vamos por pasos. Siempre hay lugares a los que uno le guarda respeto o en los que uno guarda las apariencias. Los saludos anteceden con un ‘buenas tardes, qué tal’ en vez de un ‘qué pedo, ¿qué hay hoy?’. Esos lugares tienen magia y bueno, ¿qué mejor que traspasar las barreras de la seriedad para meterle un poco de pasión?
Pero bueno, no se vayan con la finta de las películas en donde se limitan a mencionar que los lugares prohibidos son las cabinas de avión, en la escena del crimen (ay sí, como si uno fuera agente del FBI).
No, nosotros les hablamos de la casa de sus suegros, el salón de clases, en el patio durante la fiesta de Carlos, esos lugares en los que una persona podría aparecer en cualquier momento.
Nuestras recomendaciones
1. Aguas con la tira. A pesar de que en 2006 se derogó el delito por faltas a la moral en la Ley de Cultura Cívica del DF, o sea, ya no te pueden multar ni remitirte a la delegación, sí te pueden invitar a que le llegues por respeto a los demás. Y pues, una vez que esto suceda, la calentura se viene para abajo.
2. No le hagan al cuento con los juegos previos. Que si los besitos, el manoseo… nada, vayan al grano. Lo que menos tienen es tiempo y si se dedican a calentar motores sólo se van a quedar con el bóiler prendido. Aunque, si la intención sólo es tener sexo oral, pues va.
3. Que sea rápido, no significa que sea malo. Sigan estos consejos para que todo fluya.
4. Usen condón. Sí, siempre se los decimos, pero más vale prevenir que amamantar o rascarse por siempre.
5. Cuidado con los gemidos. Uno va entrando en calor y bueno, hay ciertos sonidos que no se pueden evitar, pero al menos traten de mantenerlos en un bajo volumen.
6. Las posiciones. Veamos por lugares:
Baño público: las mejores posiciones serán las que los mantengan de pie, si el sujeto en cuestión tiene una buena musculatura podrá sostener a su pareja en el aire.
Casa de tus suegros: si deciden hacerlo en el cuarto de lavado, al menos mantengan la puerta cerrada. Al igual que el baño público, las posiciones de pie les permitirían terminar con el asunto en caso de que un intruso entrara en la escena.
En los pasillos de tu edificio: el mejor momento será por la noche, cuando todos tus vecinos estén jetones y haya un menor riesgo de que los cachen. Pueden emplear las escaleras y hacerlo sentados.
En el elevador: la posición del perrito puede ser la mejor opción. Regularmente los elevadores tienen barandales. Voilà.
En la playa: ahí sí denle como ustedes quieran. Misionero, araña, vaquera invertida, carretilla. Las posibilidades son infinitas. Eso sí, cuando el viento sople, aguas con la arena…
Alberca: mmm… cuidado aquí: el agua salada o clorada no es la mejor opción para las chicas, pues podría causarles una infección o irritación. Así que si deciden hacerlo aún así, asuman las poco agradables consecuencias.
Y bien, lo mejor es que analicen bien el terreno, las posibilidades de ser cachado y los riesgos que eso implicaría. Una vez que hayan hecho eso, venga, denle duro y tupido.