Es común ver en las películas alguna escena de sexo en donde la pareja, después de chambearle duro y tupido, termina con un épico orgasmo. Los dos gritan, echan sus cabezas hacia atrás y se tiran exhaustos en la cama.
¿Te ha pasado esto en algún momento de tu vida? ¿No? Mmmm… Quizá debas leer lo siguiente:
El orgasmo simultáneo consiste en coordinar todos los esfuerzos durante el sexo para terminar al mismo tiempo. La pareja debe acompasar los jaloneos, las sensaciones y tener el presentimiento del preciso momento en el que su pareja esté a punto de llegar al cenit pasional.
¿Les parece un tanto imposible? Pues sí, en realidad suele serlo.
¿Por qué nos empecinamos en lograrlo?
Porque creemos que sólo de esta forma tendremos una conexión con la pareja. Sin embargo, es una realidad que quienes hayan alcanzado esto ha sido por mera casualidad y no por una cuestión de conexiones, adivinanzas y coordinación perfecta.
De hecho, intentar lograrlo sólo le mete ansiedad, estrés y angustia a la pareja, pues se cree que es la más poderosa “prueba de amor” (mucho más que la antigua y absurda creencia de entregar la florecita) y si no la tenemos, significa que “no somos el uno para el otro”.
¿Te cae? Pues no. No puede haber algo más absurdo.
Las implicaciones negativas
Esforzarse de forma desmedida en lograrlo puede ocasionar tanta angustia en el hombre que puede llegar a tener problemas de erección, eyaculación precoz, o incluso, desesperarse tanto que no pueda eyacular. Y ahí es donde el cochino torció el rabo.
Por su parte, las mujeres pueden llegar a fingir que están teniendo un orgasmo al mismo tiempo que su pareja, cuando en realidad sólo iban a mitad del camino.
Bah…
¿Qué hacer entonces? Déjense llevar. El que uno alcance el orgasmo antes que el otro no es una cuestión que deba hacerlos sentir menos amados ni menos diestros en las artes sexuales. No se enfrasquen en el tiempo que duren ni en coordinar sus movimientos, sino en disfrutar lo que están viviendo y, por qué no, que sus parejas disfruten también.
Dar placer también es válido, ya luego vendrá la revancha y tendrán su merecido. Pueden valerse de sexo oral, de masturbación mutua o de otro round después de que el otro haya recuperado sus fuerzas.
Y si, por cosas extrañas de la vida, logran tener un orgasmo simultáneo, consideren que fue una coincidencia agradable, pero no obligatoria para el resto de sus quiebres.
Así que la moraleja es: en el sexo no hay que ser como el salmón que nada contracorriente. Dejen que fluya y disfruten del momento. Que ya suficiente tenemos con estresarnos con la vida diaria como para meterle angustias a las cuestiones sexuales.
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