Si entre tus propósitos de año nuevo está el de conseguir pareja, tenemos algo para decirte: descarta esa idea.
O sea, no está mal tener a alguien que te haga cucharita por las noches; que te diga que no estás pasadito de peso, sino que estás lleno de satisfacción o que te acompañe al cine un viernes por la noche. Pero seamos sinceros… tener pareja tiene su lado B y a veces quisiéramos regresar a esa soltería que alguna vez detestamos.
Aquí te damos 25 razones para que valores lo que tienes y no le busques tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro:
– No tienes que compartir NADA. Tu cama, tu coche, tu música es tuya y de nadie más.
– Te abstienes de chutarte comidas familiares aburridas y con personas indeseables. No tienes que escuchar (otra vez) las historias del tío de tu pareja.
– Nadie te contradice en tus decisiones. ¿Quieres irte a estudiar a Canadá? Adelante, nadie te lo impedirá.
– No hay que dividir gastos. Puedes gastar tu dinero en lo que quieras (sin tener que considerar el regalito del Día del Amor y la Amistad).
– Te puedes ir de viaje a donde se te dé la gana. ¿Qué tal suena Vietnam? ¿Jamaica? El cielo es el límite y no los deseos de tu pareja.
– No harás bilis con pleitos inútiles. Si no quieres vestirte y prefieres andar en calzones todo el día, no habrá quién te la arme de tos.
– Tu baño es tuyo. La pasta de dientes siempre estará como tú la dejaste, el escusado permanecerá con la tapa hacia arriba o hacia abajo, tú decides.
– Sin sonidos ni olores desagradables nocturnos. O bien, puedes dejar de depilarte el tiempo que quieras.
– Puedes salir con quien quieras, los días que quieras, el tiempo que quieras.
– Si te vas de fiesta con tus amigotes, nadie te reclamará por llegar un poco más feliz que de costumbre.
– Tu estado en Facebook siempre será el mismo. Nadie te interrogará por haber pasado de una relación a estar soltero.
– En las bodas bailas si quieres. Nadie te obliga a hacer tus mejores movimientos cuando suene “Payaso de Rodeo”.
– Si aplicas para un nuevo empleo, siempre tendrás “disponibilidad para viajar”. Total, nadie te dirá que tienen que pasar el fin de semana con sus abuelitos.
– La televisión y Netflix son tuyos. Nada que compartir.
– Cuando ves a tus amigos casados, con kilos de más y quejándose porque no les alcanza el dinero para mantener a sus chavitos, miras al cielo y dices: gracias.
– Te tardas el tiempo que quieres en arreglarte. Nadie te estará presionando por salir.
– Si vas a un centro comercial a probarte todas las prendas de una tienda, no habrá quien te apresure para que te decidas por una.
– Tu factura del celular no estará en números rojos.
– Puedes tener MUCHO sexo. No necesariamente con la misma persona.
– Nadie te presionará por comprometerse. ¿Líos por escoger el color de las rosas, el vestido de novia y el color de las damas? Par favar…
– Si pasas a recoger a alguien, no tienes que bajarte a saludar a toda la cohorte de hermanos. Sólo tocas el claxon y se van.
– Puedes ir al cine sin compartir tus palomitas. Y lo mejor de todo: las puedes elegir de lo que quieras, ponerles lo que quieras y comerte todo cuanto quieras.
– Si coqueteas con alguien en la calle, nadie te preguntará: ¿qué le ves?
– El clóset está repleto de ropa tuya. Cada cajón que abres contiene ropa tuya, en la forma que decides acomodarla.
– Una palabra: suegros.