Por más que estiras la quincena, no te alcanza. Don Pancho, el de la tiendita de enfrente, ya puso el letrero de ‘Hoy no fío, mañana sí’, sólo por ti. Tus amigos te invitan a salir el fin de semana, pero sabes que no te alcanza ni siquiera para una ampolletita de cerveza, así que les inventas un pretexto barato.
Y tampoco es que gastes mucho. Cuidas los centavos, compras a granel para que te salga más barato, llevas tu tupper a la oficina y nada. Nomás no logras ahorrar un peso.
Pero, ¿qué hay detrás de esos seres que tienen dinero siempre? Sí, quizás algunos tengan papás multimillonarios que les hayan regalado una casa, un coche y que además, los mantengan. Pero si tú no eres uno de esos afortunados, te tenemos la solución.
A darle, que es mole de olla
Resulta que un investigador griego llamado Nick Drydakis, miembro del Lord Ashcroft International Business School de la Universidad Anglia Ruskin, en Gran Bretaña, y del Institute for the Study of Labor, realizó un estudio mediante el cual entrevistó a 7,500 hogares con personas que tuvieran entre 26 y 50 años.
Con el apoyo de la Universidad El Pireo, la Universidad de Grecia Central y la Universidad Panteione se les preguntó a los participantes si tenían empleo, su salario, las horas que trabajaban y las veces que tenían relaciones sexuales a la semana. Los resultados fueron contundentes.
Quienes portaban una alegre sonrisa por caderear por lo menos cuatro veces a la semana tenían más dinero que aquellos tristes tigres que tenían menos de cuatro encuentros, o que incluso, no tenían ningún contacto sexual.
¿A qué se debe?
No, no es que se están cenando a sus jefes. La cosa está así: quienes tienen más relaciones sexuales, llevan una vida mucho más relajada, con menores índices de estrés y con un autoestima sana. De hecho, razonan mejor y tienen menores probabilidades de sufrir depresión.
Todos estos factores serían la fórmula mágica para ganar unos centavos de más. Sin embargo, Drydakis asegura que esto es correlativo y no precisamente una cuestión de causa y efecto.
La segunda teoría que explica esto es que al tener relaciones sexuales te conviertes en una persona mucho más deseable y atractiva, o sea, en pocas palabras, te da ese brillo que podría ser el gancho perfecto para que tu jefe te considere un buen elemento para la oficina.
De cualquier forma, ¿a quién no le vendrían bien poner a rechinar el catre en pro de una vida más holgada económicamente?