La ruptura con tu pareja fue estruendosa. Tu corazoncito quedó peor que confeti y te costó mucho superar la pérdida. Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y no coincidir. Al final ya tenían muchas broncas y no había manera de resolverlas. Que si la chamba, el tiempo, los pleitos constantes, todo influyó para que dijeran de forma unánime y sensata: ahí muere.
Ah, pero el sexo. Esa cosa tan esplendorosa que disfrutaban juntos. Cuando se echaban un tiro había fuegos artificiales por todo el cuarto.
Un día te la/lo encuentras en la calle. Intercambian palabras y se despiden. ‘¿Y si le mando un mensaje para vernos? Total, de peores casas me han corrido’, piensas. Y ¡zas!, te contesta a los dos minutos con una invitación a su casa.
Ya la hiciste. ¿O no?
Bueno, pues aquí nos pusimos a elucubrar sobre los pros y los contras de este tipo de sexo, por si se les ocurre en algún momento decir: de esta agua volveré a beber.
Pros
– No tienes que impresionarlo con posiciones exóticas del Kamasutra. Tampoco tienes que llegar con flores o chocolates para conquistarlo/a. Ya saben a lo que van y de qué lado masca la iguana.
– Le puedes contar sobre tus planes y seguramente te dará algún buen consejo, pues ya sabe qué es lo que te gusta y a qué le tiras cuando sueñas.
– Si son de mente abierta y de plano no hay nada entre ustedes, pueden intercambiar sus nuevas experiencias amorosas, tanto las malas como las que les han sacado una sonrisa.
– Los dos saben que esto se trata de sexo sin compromiso.*
– Si hay algo que nomás no te gusta, se lo dices. No hay necesidad de tanto brinco, pues el suelo está bien parejito.
– Muchas personas se empeñan por lucir medianamente aceptables cuando despiertan con alguien nuevo. Bueno, aquí no tienes nada de qué preocuparte. Si amaneces con lagañas y el pelo revuelto, no hay fijón, ya te conoce en tus peores fachas.
– Van a liberar estrés. Si andan con los pelos de punta por el tráfico, el mal genio de sus jefes, las trastadas de sus compañeros de trabajo, ¿qué mejor que caderear un rato para olvidar todas las penas?
– Si aún quedan cenizas de ese amor ardiente, se podría prender la flama de nuevo. Quién quita y no se murió el amor…
– Como bien dice el dicho: lo bien disfrutado, aunque en silencio guardado, jamás es olvidado. Si ninguno de los dos ha ventilado con alguien más que se está cenando a su ex, sabrán de qué hablamos.
– Darte cuenta que romper con él/ella fue la mejor decisión.
Contras
– * ¿Recuerdan el punto del sexo sin compromiso? Bueno, pues no todos saben/sienten que esto se trata de sexo sin compromiso. Quizá alguna de las partes se sienta involucrada emocionalmente y ahí se fregó la cosa. (Si ambos sienten maripositas en el estómago, ya la hicieron).
– Podrías quedarte por siempre en ese escalón y jamás salir de ahí. Lo cual te convertiría en un #ForeverAlone.
– Tocarías fibras sensibles. Tener sexo con tu ex haría que revivas los momentos en los que tronaron y te haría recordar el tremendo dolor que sentiste en esa época.
– Quizá no supere tus expectativas. En una de esas lo idealizaste y pensabas que el sexo era lo mejor que hubo entre ustedes. Cuando se vuelven a dar un encontronazo te decepcionas durísimo.
– Si tu ex quedó muy dolido, podría aprovechar la ocasión para lastimarte y vengarse.
– Yo no sé mañana, si estaremos juntos… No tienes certeza de qué pasará después, ya que puede mandarte al diablo (de nuevo) sin darte explicación alguna.
– Ratificas, una vez más, que tu ex era/es un perfecto idiota.
– Si alguien con quien tenías la oportunidad de empezar algo se entera, será el acabose.
– Quizás tu ex cambió tanto que cuando vuelvas a estar con él/ella te decepciones de la persona en la que se convirtió.
– Darte cuenta que romper con él/ella fue la peor decisión.
Ya saben. Si ustedes le quieren entrar, será bajo su propio riesgo. No se vale chillar. O quizás les resulte lo mejor que han hecho en mucho tiempo. Uno nunca sabe…