Los destellos de color van estallando como pompas de jabón y se meten en los ojos hasta volverse vertiginosos instigadores. Como es “hora pico”, nos da tiempo de leer las frases regadas en el cubo de la escalera, como aquella de “No hay mejor compañía que la tuya” o “No tengo la mente sucia, tengo la imaginación sexy”, mientras esperamos habitación, que nos entregan limpia.
De repente, todo parece muy pequeño: el estacionamiento, el restaurante, el cuarto… pero acá todo está en su sitio, un derroche de ingenio que a su vez provoca otros derroches, que también implican ingenio e imaginación sexy.
La silla giratoria le da otro sentido a las vueltas, en el rincón del sacrificio no hay nada que sacrificar, sino, más bien, todo lo contrario y el arco de posiciones despierta al acróbata que todos llevamos dentro. Las barras de metal frente a la ventana son un desafío para tu flexibilidad.
A la hora de ponerle, puedes marcar el ritmo con tu música; no hace falta el cable usb para conectar tu dispositivo en el reproductor. La regadera de paredes de cristal mantiene despierta la imaginación. Pero en la madrugada ni sueñes con poder saciar el hambre: sólo ofrecen menú instantáneo. La comida se sirve en horas hábiles. Venden tragos a un precio digamos que aceptable. Ah, la cama es amplia, como para echarse una pestañita sin molestar al acompañante. Aquí el amor es un alarido que reverbera la noche entera.
Av. Revolución 737, Mixcoac, 1518 0533, poplifehotel.com, tc: todas, tiempo límite: 5 horas (entre semana, la noche completa). Hotel: Sencilla $480, Jacuzzi $580. Motel: Sencilla $500, Jacuzzi $$600, persona extra $200.