Ay, dolor, ya me volviste a dar. Te mandaron —o mandaste— a volar y tienes el corazón hecho pedazos. No importa hace cuánto fue, la herida aún está abierta y sangrante —bueno, quizá no tanto, pero aún te duele—. ¿Qué hacer? ¿Sumirte en la más profunda de las tristezas y dedicarte a comer helado en tu cama para toda la vida?
No. Definitivamente no. Aquí tenemos algunas opciones para que vivas este duelo de una manera diferente y hasta, en una de esas, que conozcas a alguien más. ¿Quién quita y el amor está a la vuelta de la esquina?
Ven, aquí te apapachamos y recorremos las fases del duelo con algunas propuestas para que hagas:
Negación: porque siempre es necesario gritar
Desahogarte. Cuando nos parten el corazón en mil pedazos no sabemos cómo reaccionar. Entramos en la fase de negación en la que no podemos creer lo que sucedió. Una buena manera de liberar la tensión acumulada tensión es gritar. Sí, no se espanten, muchas veces no sabemos cómo expresar eso que nos está apachurrando el corazón y ésta es una buena manera de comenzar.
¿Dónde?: lánzate al Ajusco. Por la carretera hay varios lugares donde detenerse y hacer lo propio sin que alguien piense que te está pasando algo.
Ok, ya lo hice y ahora… ¿qué?: olvídate del asunto por un momento y entra a la Casa del Laberinto Ajusco. Una de las mejores maneras de sobrellevar un truene es ocuparte en algo y ésta puede ser una buena opción. Como su nombre lo indica, aquí podrás recorrer un laberinto que te avispará los sentidos y te permitirá estar en contacto con la naturaleza.
¿Dónde está?: en el kilómetro 14.5 Carretera Picacho-Ajusco. Para mayores informes, puedes contactarlos a través de su Facebook.
Ira: saca ese enojo que tienes
Tienes el estómago revuelto y lleno de coraje. ¿Cómo pudo ser posible que después de todos estos años (o meses) todo terminara así? Sí, te comprendemos. Para que puedas superar esta etapa, ¿qué tal te caería sacar ese enojo que traes encima?
Una buena manera de lograrlo es hacer ejercicio. No importa si nunca te has parado en un gimnasio o que la única manera en la que te has ejercitado es levantamiento de tarro. Esta vez tienes un motivo. Si no quieres pagar una mensualidad, únete a los grupos de ciclistas que arman rutas por la ciudad o lánzate tú solito a algún parque.
Si de plano no te late hacer ejercicio, la música también te puede ayudar a calmar esa furia. Ya sea que vayas a un concierto del grupo que siempre quisiste ver en vivo o que escuches algo para apaciguar las cosas. El Palacio de Bellas Artes se pinta solo para esto. Consulta su cartelera y no descartes alguna opción que te llame la atención.
Negociación: para llorar a moco tendido
Es normal que quieras encontrar alguna manera de aliviar el dolor y siempre es necesario tener a un buen amigo para que te aconseje en esta fase. Así que llámale de inmediato y láncense a un café que cuente con una buena panadería —por aquello de “las penas con pan son menos”—.
¿Dónde? Donde no haya mucho bullicio. Un buen lugar es Fournier Rousseau, ubicado en Córdoba 108, casi esquina con Álvaro Obregón. Afuera encontrarán algunas mesitas donde se podrán sentar y contar toda la historia de la ruptura.
Depresión: para que hagas catarsis
Sabemos que entrarás en una etapa de depresión y queremos que salgas de ahí. Por ello, te proponemos lanzarte a un show de improvisación o a uno de stand up. Aquí en la ciudad puedes encontrar una gran variedad en los que abordan distintos temas.
Te preguntarás: ¿por qué diablos querría lanzarme a algo así? ¡Tengo el corazón hecho pedazos! Bueno, pues por eso. En algunos shows de improvisación puedes interactuar con los que están en el escenario y ellos entretejen las frases que les lances, que bien pueden ser de dolor y tristeza, y seguramente te sacarán una sonrisa. ¿Qué mejor manera de hacer catarsis?
La risa libera endorfinas, que son nuestro “estátequieto” natural. Nos ayuda a alivianar el estrés que te produjo la ruptura con el ex dueño de tus quincenas.
Aceptación: ocúpate
Dicen que la mejor manera de superar un truene es ocuparse en algo. En lo que sea. ¿Siempre quisiste aprender a cocinar o a bailar? Éste es el momento. Tener una actividad que te permita despejarte y olvidar el último pleito, en el que casi se lanzan los vasos a la pared, será una excelente manera de olvidar el trago amargo.
Otra opción es hacer algún recorrido turístico por la ciudad. En ellos se apunta mucha gente y quién quita que puedas conocer a alguien. Para ello, puedes consultar los programas y la agenda de la Secretaría de Turismo de la CDMX y apuntarte en el que más te guste.
¿Ves? No tienes por qué vivir esta etapa en completa soledad y depresión Hay una vida después de la ruptura y puede ser mucho mejor que la que tenías antes. Garantizado.
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