Cuando uno de nuestros lectores se sinceró con nosotros, nos hizo un poco de ruido. Pero descubrir que no sólo él, sino que muchos de ustedes que están detrás de la pantalla de sus celulares o de sus computadoras ODIA el sexo, realmente nos espantó.
¿Quién podría odiar el sexo? Forma parte de una las tres C’s que todos aman. Creímos que podría ser por el mal desempeño de alguno de sus amantes o porque simplemente no le habían agarrado el modo. Pero esos no fueron los únicos motivos que encontramos. Muchas personas odian el sexo por diferentes cuestiones y aquí se los presentamos:
No les gusta que los toquen
Oh, gran problema. Muchas personas se sienten invadidas en su espacio personal cuando los tocan. Y bueno, es que algunos abusan. No falta el que con cada palabra te toca en el brazo al platicar. El miedo a ser tocado también pasa en el sexo.
Siempre los tocan mal
Estar tanteando el agua a los elotes sin conocer los puntos erógenos de la otra persona puede ser un error. Igual hay que cooperar y dar señalamientos. No hay que ser.
Al terminar se siento sucios
Bueno, pues así es esto del abarrote. El sexo es como el pozole: mientras más puerco, mejor. Es normal que uno se sienta pegajoso y sucio, pero eso se quita con un duchazo veloz y todos felices.
No les gustan los besos
No es como como el dicho: sin besos porque me enamoro. Hay personas a las que no les gusta el intercambio de fluidos. Sin negociación, sexo con besos no existe para ellos.
No les gusta practicar el sexo oral
Bajar ahí puede ser un arma de doble filo. A uno le da gusto que el otro disfrute, pero tener que aguantar malos aromas, mal sabor y una espera interminable por que el otro termine, puede convertirse en una tortura para algunas personas.
Odian el aroma
Hay gente muy susceptible a los aromas y el que surge después de echarse un quiebre no les resulta indiferente. Por tal motivo prefieren abstenerse de esta actividad (o ponerse unas pinzas en la nariz).
Nunca llegan al orgasmo
Ah, un problema muy común. Si tan sólo los hombres/mujeres supiéramos escuchar o dejáramos de pretender que llegamos al orgasmo, otro gallo cantaría. El problema lo van arrastrando con cada pareja y el sexo se convierte en una odiosa actividad repetitiva.
No hacen lo que les gusta
Vamos, ¿qué nos cuesta consentir a nuestras parejas? Si le gusta el sexo oral, pues ¡háganlo! Esto es dando y dando, pajarito volando. Igual hay que darse la oportunidad de probar cosas nuevas. ¿Qué tanto es tantito?
No les gusta que vean sus partes íntimas
Bueno, es válido. A muchos nos podrá parecer incomprensible, pero es válido.
Les da miedo que la otra persona piense que son malos en el sexo
El miedo al qué dirán en su máxima potencia. Pfff… flojitos y cooperando, pues.
Se sienten usados
Tema delicado. Algunas personas creen que sus parejas sólo van a lo que van y ni las gracias dan.
¿Habían escuchado a alguien decir que no le gusta el sexo? Nosotros tampoco, así que para que le echen más ganitas a sus noches de pasión, les pasamos estos motivos al costo por si sus parejas les están ocultando algo…