Prepárate para arruinar los recuerdos más inocentes de tu infancia. Esos en los que jugabas con los caballitos de Mi Pequeño Pony con tus hermanitos. Los vestías, les cepillabas el pelo o si de plano no te latían, los rayabas con tus plumones Prismacolor (que por cierto olían bastante mal).
Resulta que el ingenio de los creadores de porno se ha diversificado y le han dado un sentido un poco más cariñoso, por decirlo de algún modo, a estas caricaturas. Pero aquí no termina la cosa: México es uno de los principales consumidores de este tipo de pornografía. Así como lo leen.
Goodbye horses
Quizás los bronies (plural de brony, como se le conoce en inglés a los afectos a estas caricaturas) se alarmen cuando lean esto. De nuevo Pornhub sacó los trapitos al sol de quienes son fans de la versión porno de esta serie y reveló que el 80 por ciento de los consumidores son hombres. De hecho, ellos son 37 por ciento más propensos que las mujeres a teclear en el buscador términos como: My Little Porny, MLP, Clop Clop (como el sonido de la cabalgata de los caballitos), MLP hentai, Pinkie Pie MLP, Rainbow Dash MLP.
Pero esperen, antes de que abandonen la lectura y se sumerjan en Pornhub para buscarla (sí, no se hagan), chequen esto: por algún motivo, la chaviza entre 18 y 24 años son los que más busca este tipo de pornografía.
Ahora bien, ¿qué características tienen? Bueno, pues recordarán al pony Fluttershy, uno de los protagonistas de la serie. En su versión porno se le conoce como Futashy, una fusión entre su nombre y el término hentai “futanari”, que se refiere a los shemale (personas con genitales masculinos, pero con implantes en los senos). La mayoría tiene una apariencia humana con cuerpo de adultos. O sea, son cancha oficial.
¡Y arraaaancan!
Los bielorrusos son los primeros que se atascan con Mi Pequeño Porny. De ahí le sigue Rusia, Ucrania y República Checa. Sin embargo, México no se queda atrás. Tenemos una probabilidad 89 por ciento mayor que otros países como Colombia, Brasil, Canadá y Estados Unidos a que nos metamos a ver a los caballitos dándole duro y tupido.
¿Y dónde creen que vemos a los caballitos jariosos? El 60 por ciento lo hace a través de su celular, mientras que el 33 por ciento, en su computadora.
¿Hay algo oculto en todo esto?
El hecho de estar relacionado con caricaturas que veías cuando no alcanzabas el timbre, hace ruido. Según Pornhub, la gente busca este tipo de pornografía porque quiere rebelarse contra los tabúes y esto les resulta estimulante.
¿Les sigue haciendo ruido? Ok, a nosotros también. Entrevistamos a Ka, quien además de ser maestra sexóloga educadora egresada de Instituto Mexicano de Sexología (Imesex) también le hace a la locución y a la asesoría en estos temas y esto fue lo que nos dijo: “es un tipo de hentai que como cualquier otra expresión gráfica de la sexualidad no genera una predisposición a cometer algún abuso. Claro, eso no significa que no haya gente así, pero ello ya se debe a alguna patología”.
Esto que puede resultar grotesco para algunos, “es una manera de expresar gráficamente la sexualidad y de una forma ficticia. O sea, no es que salgamos a la calle y veamos a un pony teniendo sexo en la calle”.
Toda la pornografía es un tabú, pues son situaciones que no necesariamente se cumplen en la vida real y la de este caso, cuantimás…
¿Qué les parece? ¿Raro? ¿Bizarro? ¿Ustedes forman parte de las filas de los adeptos? Si desean contactar a Ka, la pueden encontrar en su Face y Twitter como Sexoconka.