El sexo oral es una de las movidas preferidas por novatos y expertos. Es el preludio ideal para echarse un quienvive —o varios— durante la noche. Pero, ¿por qué tiene tanto encanto? Pues bien, aquí te decimos.
La lengua es capaz de estimular todas las secciones del pene o de la vulva. A diferencia de una relación sexual vaginal (o anal), el sexo oral nos permite tomar las riendas del asunto, como si dirigiéramos una orquesta. Despacio, lento, en los rincones donde más le guste a tu pareja.
Sin embargo, el hecho de poder mover tu lengua a conciencia por donde te dicten tus impulsos, no significa que lo harás magistralmente. De hecho, podrías causar una muy mala impresión y hacer que el/la otro salga corriendo sin querer volver a verte.
Para que esto no les suceda, les preparamos un manual para estimular las zonas que más terminaciones tienen. Queremos que se conviertan en los dueños del balón en cuanto a sexo oral se refiere.
Lo que hay que evitar
Para no errar, comenzamos por lo que NO se debe hacer:
1. Si tu chica/o te dice que algo no le gusta, detente. No a todos les gusta que los muerdan o que las succionen muy fuerte. Seguramente habrá a quienes sí les cause placer esto, pero si tu chica/o es el caso contrario: no sigas.
2. Tardar muy poco (o mucho). Como decíamos anteriormente, según el sapo, es la pedrada. Muchos lo hacen solamente durante tres minutos y alegan que ya se cansaron. No, pues así, ¿cómo? El chiste es que tu pareja quede satisfecha. También existe el caso de quienes tardan mucho en llegar al orgasmo y para el otro se convierte en una tortura medieval. Lo mejor es que negocien los tiempos, así todos terminan contentos.
3. La cuestión de la eyaculación. Oigan, no sean gachos, avisen. Hay quienes no tienen problema con que terminen en la boca, pero a algunas personas no les gusta.
4. Porfitas, lávense y dense una recortadita. No hay nada más que decir.
5. Sujetar la cabeza hasta ahogarlo/a. Si sus parejas se quieren sentir como Linda Lovelace, está perfecto, pero NUNCA la/o obliguen a serlo. Sentir que uno se atraganta con el pene del otro no está padre.
6. Siempre utilicen un condón o una capa protectora de plástico sobre la vulva —como las que usan sus mamás para guardar la comida en el refri—. El sexo oral puede transmitir infecciones de transmisión sexual como el herpes o el Virus del Papiloma Humano. ¿Para qué arriesgarse?
Para las chicas
Lo primero que hay que encontrar es el clítoris. Éste forma una especie de Y que se encuentra debajo de los labios menores y mayores. A continuación te presentamos una gráfica para ilustrar mejor los movimientos a seguir:
a. Comienza por acariciar suavemente los labios mayores y los labios menores, ya sea con tu lengua o con tus dedos. Para ello puedes emplear un lubricante de sabor que hará más placentera la labor.
b. Posteriormente, abre los labios menores para dirigir tu lengua suavemente hacia el clítoris. Hay quienes prefieren movimientos circulares, pero también hay a quienes les gusta que extiendan su lengua y que laman como si fuera un helado. Pueden iniciar de forma sutil hasta ejercer un poco más de presión. Ojo: hacerlo superficialmente puede causarle cosquillas a la chica y generar el efecto contrario.
c. Puedes introducir un dedo en la vagina mientras le das sexo oral. Ten cuidado que no parezca que le estás checando el aceite. Acaricia la piel rugosa que se encuentra dentro, dirigida hacia el clítoris. Intercambia algunos movimientos con tu mentón o con tu nariz. Pueden soplar levemente sobre la vulva, pero nunca lo hagan en la vagina, pues esto podría generar unas burbujas de aire que afectan la circulación sanguínea y causar una embolia gaseosa.
d. Una vez que te claves en el clítoris, con los movimientos que a ella le guste, no olvides posicionar tus manos en sus senos. Esto aumentará las sensaciones considerablemente.
El clítoris tiene más de ocho mil terminaciones nerviosas. Cuando llegue al orgasmo, esta zona se tornará muy sensible. Por ello, evita sobre estimularla, pues en lugar de causarle más placer, te soltará una patada vaquera.
Para los chicos
El hecho de introducir el pene en la boca podría generar arcadas en quien practica el sexo oral. Para evitar esto, les sugerimos respirar con la nariz y hacerlo hasta donde ustedes aguanten. No se trata de sufrir, sino de que ambos lo disfruten.
Eso sí: deja la luz prendida. Los hombres se excitan con el estímulo visual.
a. Comienza por lamer todo el pene, desde la base hasta el glande (la cabeza). Esto hará que se mantenga lubricado. Claro, nunca está de más usar un buen lubricante con el sabor que ustedes prefieran. Imaginen que el pene es una paleta helada que tienen que lamer por todos lados para que no se derrita.
b. La clave está en el frenillo (debajo de la cabeza). Fija tu atención en este punto; haz movimientos circulares, lame delicadamente hacia atrás y hacia adelante y succiona firmemente. Si tu chico no tiene la circuncisión, baja el prepucio para que puedas hacer esta tarea.
c. Coloca tu mano en la base del pene, de manera que con tu boca le estarás practicando sexo oral y con tu mano lo estarás masturbando. Un combo de pura diversión que logrará muchas sonrisas si mantienes un buen ritmo.
d. Dirige tus manos hacia sus testículos. Acarícialos y juega con ellos. También puedes optar por lamerlos o succionarlos levemente. Otro punto clave para acariciar es el perineo (el comúnmente llamado “nies”). Quizá tu chico se sorprenda que lleves tus manos hacia ese punto, pero una vez que sepa lo que significa que estés ahí, sabrá lo que es bueno.
El chiste es que ambos disfruten de este momento. Que respondan a los deseos del otro y que ustedes se sientan cómodos con ello. En el momento en el que alguno de los dos deja de pasarla bien, hay cambiar de técnica.
¿A ustedes cómo les gusta el sexo oral?