Una buena sesión de sexo no sólo se compone por besos, sexo oral, caricias y millones de posiciones. O sea, todo lo anterior es muy importante, pero si lo hacemos calladitos, podremos vernos más bonitos, pero no necesariamente más hot.
Hablar sucio es una práctica que algunos ni siquiera consideran. Les parece vergonzoso o de plano no les salen las palabras indicadas. Creemos que el otro se va a espantar y nos va a ver como si fuéramos unos depravados, pero la realidad es que escuchar esto libera dopamina, un neutrotransmisor vinculado con la expresión de emociones, muy importante durante la excitación.
O sea, en pocas palabras, es como un interruptor que detona la chispa adecuada.
Si en estos momentos se están preguntando cómo diablos podrían hablar sucio a sus parejas y que sea lo más natural posible (sin sonar ridículo), aquí les pasamos algunos datos:
¿Qué hay que tener en cuenta?
Si ya conoces a tu pareja, probablemente sepas qué es lo que más le prende. Alguna parte de tu cuerpo, alguna práctica en especial. Apóyate en todo aquello que sabes que le gusta. Entrevistamos a Ka, quien es maestra sexóloga educadora egresada de Instituto Mexicano de Sexología (Imesex) y locutora (a quien pueden encontrar en su Face y Twitter como Sexoconka) y nos dijo que hablar sucio durante el sexo ayuda a despertar el sentido del oído. “Nos ayuda a expresar qué es lo que nos gusta y cómo nos gusta”.
También nos dijo que se divide en softcore y hardcore. El softcore son palabras o frases leves como: “te deseo, me gusta que me lo hagas así”, mientras que el hardcore ya es un poco más pesado e involucra palabras que podrían ser ofensivas para algunos. Todo depende de cada pareja y lo que a cada uno le guste sin rebasar la línea del respeto. Recordemos que esto se trata de un juego donde la idea es decir las fantasías en voz alta.
Por ejemplo:
La parte favorita de tu cuerpo es: tus senos / piernas / pies.
La acción favorita sobre esa partes es: lamer / succionar / acariciar.
Arma las frases de la siguiente forma:
Me gusta cuando (lames, succionas, acaricias) mis (senos, piernas, pies).
Es una buena forma para comenzar sin tanta complicación.
Otra manera es armar las frases con cuestiones de tiempos y formas.
Por ejemplo:
La acción que te gusta: meterla / sacarla / lamerla
La forma en que te gusta: rápidamente / lentamente
Me gusta cuando: me la metes rápidamente.
Todo lo que demuestre tu satisfacción hará que tu pareja se prenda más y le meta más enjundia a la sesión de sexo. Es como cuando está el viene viene detrás de ti y te da indicaciones para estacionarte correctamente.
No necesariamente tienes que soltar obscenidades. O sea, tampoco es como para que digas todo el repertorio de Polo Polo y que el otro salga huyendo. El chiste es que se prenda con tus sensaciones y palabras. Claro, todo depende de cada pareja. Pero digamos que si apenas están empezando y aún no están seguros de lo que le pueda gustar al otro, pueden arrancar con frases más sencillas.
La ganadora
La frase que más jale tiene es la que va relacionada con el orgasmo. Ya sea un simple: me vengo / voy a terminar / ahí, ahí, cualquiera que indique que estás a punto de llegar hará que tu pareja se muestre mucho más participativo y jarioso.
Las halagadoras
No está de más soltarle un halago a su paquete o a sus senos. “Me encanta que la tengas tan (grande/dura)”. Son simples, sencillas, pero verás que comenzará a agitar sus brazos sobre su pecho en señal de agrado.
Aborta la misión si…
Tu pareja te ve como si fueras (verdaderamente) un depravado/a. Probablemente lo mejor es que lo platiquen antes de lanzarse al ruedo. Prueben una vez si nunca lo han hecho y si les gusta, verán cómo cambian las cosas.
¿Qué les parece? ¿Ustedes qué frases sueltan durante sus meneos nocturnos?
Además checa:
A reportera se le salió un moco en vivo
Razones por las que Pink es la mejor peli del año
Confesiones de una mesera de Sanborns