Todos los días escuchabas a tu mamá pronunciar: no pongas los codos en la mesa; ¡no comas con la boca abierta!; saluda, despídete; ¡no me interrumpas cuando hablo!; di gracias y por favor… Podrías considerar el Manual de Carreño como el libro de cabecera de tu vida.
Sabes cómo comportarte (quizá no tan refinado como para irte a cenar con el Sha de Irán) y estás seguro/a de que en un acto social no huirían de ti por ser un maleducado. Pero… nadie nos enseñó sobre cómo comportarnos bajo las sábanas. Sí, es cierto, ahí nos arrebata la pasión y perdemos no sólo la educación, sino a veces hasta la cordura. Pero eso no significa que no haya ciertas reglas, por decirles de algún modo, para que el/la susodicho/a no salga huyendo despavorido del lugar.
I. El número (así como eso del tamaño) no importa
“Oye, chiquitita, con cuántos has ‘estado’?” ¿Uh? ¿De qué habla? ¿Acaso le has preguntado cómo aprendió a hacerlo tan mal? ¡No! Esa pregunta no se hace.
II. Evítense apelativos cachondos y ñeros
Regresemos al punto anterior. El apodo de ‘chiquitita’ puede parar pelos. “Cachorrita”, “osa sexy” y todo ese tipo de sobrenombres no prenden la mecha de nadie. Sí, el sexo suele ser puercón de repente, pero ¿eso? Por favor, no lo digan ni de broma.
III. Lo cortés no quita lo caliente
Una vez establecida la buena comunicación es importante definir parámetros. Hay cosas que nos gustan y hay otras que no. No está mal darle una nalgadita a la otra persona por el camino del bien.
IV. Recuerda: pregunta antes
Que no te lleve el arrebato y termines haciendo cosas por las que podrías recibir un porrazo. Cuando ella te practique sexo oral, pregúntale si está bien terminar sin que ella se haya retirado. Ok, antes pregúntale si le gusta el sexo oral; si su respuesta es afirmativa, evítate la molestia de empujar su cabeza. Esto es típico en las porno, pero en la vida real ella se podría convertir en Katy Kaboom.
V. No seas tan cruel conmigo
Hay prácticas que en vez de causar placer podrían provocar un aneurisma en tu pareja. Si tienes un fetiche con lo bondage (la onda de amarrarse, como diría Depeche Mode: ‘Master and Servant’) pues está chido, pero siempre es bueno preguntar si el otro está de acuerdo.
VI. Aguanta vara
Hombres, harían bien ejercitándose para no terminar después de 2 minutos de haber iniciado la acción. Eso de que ellas se queden a medio camino mientras ustedes sonríen… por una minúscula actuación…, tampoco está padre.
VII. Para la posteridad…
Hay a quienes les prende muchísimo grabarse. Ojo, este tema suele ser delicado, pues cuando termina la relación resulta que el video ya está rondando por los combos de porno que uno se encuentra en el Centro. ¿Te suena, Paris Hilton?
VIII. Sin querer queriendo
Hacerlo por Detroit no es algo que a todos les encante. Por eso siempre pregúntale si le parece, porque si te gana el arrebato (de nuevo) y lo haces sin preguntar, no sólo se enojará sino que podrías llegar a lastimarla.
IX. Apachurro
Siempre es agradable que después de tener un encuentro pase como en las películas y haya apapacho al terminar. A menos que haya sido un ‘mientrastanto’.
X. Limpia la escena del crimen
No seas gacho(a), ayuda a recoger. La ropa queda tirada por todos lados, algunas cosas pueden terminar no tan limpias… así que lo mejor es echarle una mano para que todo quede en orden como antes.