Si hiciéramos un recuento de las personas y los medios que nos ametrallan a diario con que nos ejercitemos por lo menos durante 30 minutos, nunca terminaríamos. En la tele, en espectaculares, en la radio… en todos lados nos dicen que debemos lucir vientres planos y brazos torneados.
Sin embargo, nadie nos dice que ejercitemos aquellito y, aunque no lo crean, también es necesario.
Ejercitar el ala sur de los varones no sólo es posible, sino que también ayuda a controlar algunos síndromes, como el de la eyaculación temprana, cuya incidencia en México no es poca.
Según datos de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual A.C., “en México se han confirmado estas apreciaciones: Rubio y Covian en 1991 reportan el síndrome de eyaculación precoz como el más frecuentemente hallado entre las disfunciones en varones en AMSAC con el 31%”.
La eyaculación temprana también se puede controlar con ejercicios. Sólo es cuestión de dedicarle un tiempecito al asunto.
La básica: despacio, cerebrito
El primer ejercicio es el de la masturbación. Sabemos que será una tarea difícil para ustedes, pero alguien tiene que hacerla.
¿Cómo hacerlo?: te recomendamos que sea en pareja. De esta forma, ella/él se vuelven más conscientes de lo que estás viviendo y, además, te pueden echar una manita.
Pasos a seguir: una vez que sientas el cosquilleo que anuncia el orgasmo, deberás parar. Espera unos minutos y regresa a lo tuyo. Esta técnica, como nos dijo Irene, se llama Parada y Arranque. Lo ideal es que una vez que hayan practicado con Manuela y hayan logrado controlar la eyaculación, lo lleven a la práctica con la pareja. Ella/él debe estar consciente de que en algún momento deberás parar para controlarte y no eyacular antes de tiempo.
Los Kegels
Aquí el chiste es ejercitar el músculo pubocoxígeo. Éste está en el suelo del pelvis y sirve de sostén para la vejiga y el recto y nos permite controlar el flujo de orina. Para encontrarlo debes contraer tus músculos pélvicos y detener la orina.
Este tipo de ejercicios los ayudarán a mejorar lo siguiente:
— El ángulo de sus erecciones. Su herramienta quedará con un mejor ángulo cuando se ponga firme. Siempre viendo al sol.
— La firmeza. Mejoran la circulación sanguínea en esta zona.
— La eyaculación. Les permitirán tener orgasmos mejores y más duraderos.
— Control de la orina. Nada de: “es que me ganó”.
¿Cómo hacerlos?: una vez que hayas localizado el músculo pubocoxígeo, podremos dar inicio a la ejercitada.
Pasos a seguir: comienza con la orina. Mientras estés en el trono, detén o ralentiza tu orina. Si te cuesta trabajo encontrarlo, recuerda que son los músculos que usas para apretar el ano.
Una vez que hayas practicado, repite este ejercicio sin la orina. Mantén apretado durante el tiempo que puedas. Algunos sólo lo logran durante algunos segundos y otros nomás no pueden. Pero no hay nada que temer, éste es el comienzo.
Después afloja y repite 10 veces más. Practica hasta que logres contraer el músculo por más de 10 segundos. El secreto para saber si lo estás haciendo correcto es sentir que tus testículos se elevan un poco.
Si practicas con frecuencia, en un promedio de cuatro a seis semanas sentirás que tu músculo pubocoxígeo se ha fortalecido.
Con tu pareja
Los Kegels también los puedes practicar cuando te eches un quiebre, aquí te decimos cómo:
– Cuando estés a punto de llegar al Nirvana, contrae el músculo pubocoxígeo. Esto hará que la intensidad del orgasmo se magnifique.
– Otra forma es retirarte cuando sientas que se acerca el orgasmo. Pero ojo: no se vale tocar ni nada. Pueden aprovechar para cambiar de posición. Tardarán aproximadamente 10 segundos con la contracción y cuando las ganas de eyacular se hayan escapado, podrán soltar el músculo.
Sí, suena un poco difícil. De hecho, muchos tardan meses e incluso años en lograrlo. Pero aquí es como dice el dicho: péiname despacito, que tengo el pelo chinito.
Los datos puros y duros
Entrevistamos a nuestra querida sensei de la sexualidad, la sexóloga Irene Moreno —a quien pueden encontrar en su página web, en su Facebook y en su Twitter— y nos comentó que en la actualidad, la eyaculación temprana es la principal condición que afecta la sexualidad de los mexicanos.
“Los urólogos lo relacionan con un tema cerebral, como de ansiedad, pero también puede tener una parte emocional o de aprendizaje. En este último rubro, los hombres se acostumbran a masturbarse rápido, para que nos los cache su mamá en el baño, y aprenden a eyacular más rápido. Es una reacción mecánica a la que se adapta su cerebro. Con el paso del tiempo, se les dificulta controlarlo”.
Sin embargo, también nos dijo que es un problema de ansiedad de desempeño. “Les entra la angustia y piensan que no lo harán bien, que su pareja les gusta muchísimo, pero que no podrán satisfacerla”.
Y chequen este dato: también es un problema que surge como consecuencia de la disfunción eréctil. Como dura poco la erección, eyaculan rápido.
Irene nos dijo que es un tema que se debe tratar en pareja, puesto que en muchas ocasiones si la chica o el chico en cuestión tienen algún problemilla —como baja de deseo sexual, anorgasmia, dolor en el coito— las cosas se ponen color de hormiga. Al ver que la/el otro la está pasando mal, viene la eyaculación precoz. Es un círculo vicioso interminable que depende de varios factores: biólogico, neurológico, psiquiátrico, emocional y hasta social.
“Para tratarlo, yo sugiero que acudan a un médico sexólogo que analice la historia clínica de cada paciente. Deben acudir en pareja para que ambos le den una solución al problema”.
Otro aspecto importante que nos dijo Irene es que no hay que clavarse tanto con los tiempos. Que si un minuto, que si dos minutos. Nada. En realidad, hay que ver la sensación que ambos tienen después de tener relaciones, sea cual sea el tiempo que duren éstas. Si él terminó antes y su pareja queda insatisfecha, o bien, si él tuvo una eyaculación sin orgasmo (que es posible que suceda), el panorama se podría poner oscuro.
¿Qué les parece? ¿Los pondrán en práctica?