Hace algún tiempo les platicamos sobre las diferentes muñecas sintéticas que existen en el mercado, pero como nos gusta ser parejos, en esta ocasión les presentamos la opción de unos muñecones que aguantan un piano —sin ser de carne y hueso—.
La empresa Sinthetics, líder mundial en la manufactura de seres humanos de plástico, decidió crear en 2012 el primer muñeco de plástico del género masculino. Como ya habían satisfecho las necesidades de los compradores de muñecas, decidieron crear a los varones.
En un principio, se pensó que su target principal fueran las mujeres, pero para su sorpresa, los hombres fueron quienes arrasaron con ellos. Los dirigentes de Sinthetics aseguran que quizá las chicas no conozcan a estos guapetones ejemplares. Y, sinceramente, podemos decirles a las mujeres: de lo que se han perdido. Fíjense bien:
¿Y cómo es él?
Sus esculturales cuerpos están hechos de silicona de grado médico y el físico varía según las especificaciones del cliente. Hay quienes los prefieren rubios, morenos, con rasgos asiáticos o de raza negra. Todos pesan 45 kilos, pues de lo contrario, sería muy difícil maniobrar con una mole de más de 80 kilos.
Y aquí viene lo bueno: uno puede elegir cómo quiere que sea el pene. Como es de quita-pon, pues esto le imprime mayor realismo, puedes pedir que te manden un pene en estado flácido y otro erecto. Así, conforme avance el jugueteo, puedes intercambiarlos.
También puedes pedir que le pongan tatuajes, pecas, pelo largo o corto. Aquí el cliente manda. El único detallito es que su precio va desde los ocho mil dólares en adelante.
Ahora bien, si este precio te pareció estratosférico, también puedes optar por una versión más económica, como la que ofrece la marca Hitdoll, que va desde desde los 800 a los cuatro mil dólares. Claro, sus facciones no son tan delineadas como las de Real Dolls, pero al fin y al cabo sirven para lo mismo.
Total, un apapacho siempre alivia. Venga de quien venga, ¿o no?
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