No vamos a debatir si uno debe o no tener relaciones sexuales en la primera cita. Digamos que el tema está más que hablado y a final de cuentas, la decisión depende de cada quien. Eso sí, si ambos dijeron: de esta agua beberé, hay ciertas cosas que nomás no aplican. No jalan. Esos detalles que matan la pasión y que convierten el estado de contemplación y felicidad en uno de los momentos más incómodos.
Es cierto que en el sexo no hay reglas precisas, pero si te quieres lucir y ganar el atribulado corazón de tu pareja, evita lo siguiente:
Te amo, desde el primer momento en que te vi
Va, tuvieron un orgasmo digno de formar parte del libro de los récords Guinness. Te presentaron a Susanita (o a Paquito) en una fiesta y tras una larga plática, dos que tres chelas y una buena bailada, se lanzaron al hotel. El sexo fue espectacular. No sabías que tuviera semejantes destrezas (tan tranquilito/a que se veía…). Y en eso, se abrazan. Todo sucede en cámara lenta, lo/a miras a los ojos y le dices: Susanita, yo te amo.
Es comprensible que la efervescencia del momento te haga soltar tremenda frase. Está bien, pero decirle “te amo” a alguien tiene peso. A muchos los espanta y les saca de onda que les digan eso. Si lo que quieres es que fluya el asunto y sigan saliendo, no te apresures tanto. Quizás más adelante le digas esa frase con toda sinceridad.
[Jalar parejo en la casa mejora la calidad del sexo]
Eres tan diferente a mi ex
Compararlo con alguien más no es lo más recomendable. Pero ensartarle el recuerdo de tu ex después de haberle dado gusto al gusto, está de la patada. A ver, todos sabemos que si terminaste con alguien fue por algún motivo poco agradable. Traer a la mente a tu ex después de echarte un quiebre con otra persona nos hace pensar que aún estás clavado/a con él/ella. Aunque le digas que es mucho mejor, que no tiene comparación, que lo supera por mucho, fallaste. No te extrañes si te indica por dónde está la puerta de salida.
Ay, creo que fuimos muy rápido
Oh, pues, ¿no te digo? Unos le meten el acelerador hasta el tope y otros se arrepienten de lo que hicieron. Ni a cual irle. Decirle que apresuraron las cosas es como insinuarle que todo fue un error y que además el sexo estuvo pésimo. Quizás muy dentro de ti te sientes arrepentido de lo que sucedió, pero ¿sabes qué? Deja que las cosas sigan su curso. Si va a funcionar, funcionará y si no, a otra cosa mariposa.
[Entre más gordita… la cartera, mejor sexo]
Deporte extremo
Te lo/a quieres ganar, de eso no hay duda. Y en este afán, haces memoria de las posiciones sexuales más aventuradas del Kamasutra. Cuando intentas probarlas, todo sale mal. Dan el ranazo, se tuercen los tobillos, se atragantan y al final sólo tienen ganas de lanzarse a Urgencias para que les den un diclofenaco para alivianar el dolor. Está bien si quieren verse innovadores, pero intentar hacer cosas demasiado extremas no chambea.
Una de noche de copas, una noche loca
El alcohol desinhibe, pero si le entras con singular alegría, no sólo te va a desinhibir sino que te va a dejar bulto. Tener sexo en la primera cita después de empinarte 14 caballitos de tequila, probablemente no sea lo más sexy. Lo más seguro es que cuando terminen ni recuerdes qué pasó y lo más peligroso del asunto es que a muchos, en estas condiciones, se les olvida usar un condón. Así que no sólo tendrás un mal desempeño sino que te pones en una situación de riesgo.
Tu casa es mi casa
Seguimos con la idealización. Al día siguiente vuelves a ir a su casa. Vas al baño y como quien no quiera la cosa, dejas tu cepillo de dientes, símbolo inequívoco de pertenencia. Si así lo acordaron ustedes, va, pero si no, evítate una cara de sorpresa y probablemente de desagrado. O sea, estás comenzando, apenas van arrancando motores, no la/o espantes.
No hay reglas estrictas en el sexo, pero digamos que hay cosas que de preferencia… evítalas. ¿Para qué echarte la soga al cuello? Disfruta del momento, usen condón y dejen que las cosas fluyan. ¿O qué dicen?