No todo es miel sobre hojuelas en esa primera vez que sales con tu nuevo ligue. O sea, no nos manden a la hoguera, está padre que por fin hayas conseguido salir con esa persona que te ha traído cacheteando las banquetas, pero hay cosas que no siempre salen bien. Aquí les hicimos un recuento:
1. Que llegue mil horas tarde
Acuerdan en verse a las cinco de la tarde y el/la muy chistosito llega a las seis. Ni modo que te pongas al brinco para decirle que te tuvo esperando por horas sin poder hacer nada más que mirar el reloj.
2. Que huela a taparrabo
Te emperifollas durante un buen tiempo para lucir despampanante. Vamos, quedas listo/a para partir plaza. Cuando se encuentran, lo/a ves hecho una piltrafa. “Es que ayer estuvo ruda la fiesta y no me dio tiempo para arreglarme”. ¿Es en serio? ¡Hueles a taparrabo!
3. Que se quiera pasar de mano larga
A menos que tú también quieras, de lo contrario se convierte en una situación bastante incómoda. Oh, sereno, moreno. Ya llegará el momento en el que podamos inaugurar las fiestas patronales.
4. La odiosa respuesta: “Lo que tú quieras”
Ush, lo más molesto. Vamos, ármense un plan divertido. Algo que les dé tema de conversación, por ejemplo, visitar una exposición. Después podrían ir a echarse unos drinks e intercambiar sus impresiones sobre lo que acaban de ver. Salir con alguien que no tiene la menor idea de lo que quiere hacer es bastante aburrido.
5. Que el plan que resulte ser infinitamente aburrido
Ves tu reloj, son las 18:10 horas. Vuelves a verlo, son las 18:13. Ésta será una noche larga. MUY LARGA.
6. Que finjas sólo por convivir
La noche se está tornando en algo que no esperabas. Pero tampoco quieres que la otra persona se sienta mal, así que finges que te gusta el ron, cuando en realidad eres afecto al tequila o que en verdad te entristece la historia que te está contando, pero la verdad es que te resulta infinitamente absurda.
7. Que tenga modales de arrabal
Ok, pidieron alitas ultra picosas. Se entiende que uno tiene que comerlas con las manos, pero de eso a que se chupe todos los dedos y exclame: “¡ahhh, qué sabrosoooo!” cuando termine, existe un abismo.
8. Que jamás te deje hablar
Es decir, que hable y hable por HORAS y que no te deje expulsar más que dos o tres insulsos monosílabos. El sujeto en cuestión es un ególatra que sólo disfruta hablar de sí mismo: sus ligues, su chamba, sus problemas con su familia. Una bazofia.
9. Que te digan: “Olvidé mi cartera”
Cada pareja decide cómo organizar los gastos. Ya sea que él pague todo, que ella pague todo o que se dividan la cuenta como ellos prefieran. El cochino tuerce el rabo cuando nos salen en la primera cita con la frase: ” Se me olvidó la cartera” o “híjole, no me han depositado”. No te pases de lanza.
10. Que se la pase coqueteando con más personas
El colmo. Llega un mesero/a despampanante y el otro sólo se dedica a echarle flores. Tú finges que todo está bien, pero en realidad te pudre que durante la primera vez que salen se la pase queriendo hincarle el diente a alguien más. Óigame, no hay derecho.
¿Qué otras historias de terror han vivido en una primera cita?
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