La industria pornográfica no es la primera que se autocensura en el país del norte. En 1954 el siquiatra Fredric Wertham publicó un libro titulado La seducción de los inocentes en el cual acusaba a las historietas de impulsar malas conductas entre la juventud.
Según Wertham, los comics estaban llenos de subtextos sexuales perjudiciales, por ejemplo Batman y Robin formaban claramente una pareja gay y, por si fuera poco, pedófila, pues el “chico maravilla” era menor de edad.
El libro atrajo la atención de los preocupados padres de familia y ocasionó una investigación por parte del Congreso de EU. Como resultado, los editores crearon el Comics Code Authority (CCA), un organismo que “autorregulaba” el contenido de las revistas y que, entre otras cosas, prohibía escenas de violencia extrema, desnudez, ilustraciones sugerentes y/o libidinosas, relaciones sexuales ilícitas y de amor violento y la prostitución.
El CCA aún sigue funcionando, pero ya casi ningún comic se adhiere a sus reglas.