La lucha por la inclusión de todos y todas en la sociedad es una pugna diaria. Tener voz y voto sin importar la orientación sexual, posición económica, social, raza o religión es aún el sueño inalcanzable de muchos. Tristemente hay un largo camino por recorrer para eliminar la violencia hacia las personas que algunos consideran ‘diferentes’.
Aún vemos notas en redes sociales, periódicos o programas de radio en los que se reportan ataques a personas que revelaron su orientación sexual. Papás que minimizan a sus hijos y los consideran una vergüenza; compañeros de la escuela que los agreden físicamente o grupos moralistas que los consideran enfermos.
Esto ha llamado la atención de diferentes grupos y asociaciones.
Esta vez nos enfocamos en el caso de los transexuales. Entrevistamos a David Santiago, coordinador general del Movimiento de Diversidad Progresista (MDP) y nos comentó diversas cuestiones que resultan preocupantes:
¿A qué se dedican?
Somos una organización ubicada al oriente del DF. Estamos enfocados en lo que conocemos como focos rojos que se definen por cuestiones de estudios y posición económica. Específicamente trabajamos en Iztapalapa en donde brindamos algunos servicios a todo el colectivo LGBT con el objetivo de aumentar su calidad de vida. Tal es el caso del foro que realizamos en octubre pasado, con diversos pensadores, catedráticos, diputados, así como la UAM y la UNAM para crear una agenda legislativa y entregársela a nuestros representantes en la Cámara para impulsar los derechos en estas poblaciones. Muchos de estos activistas se preguntaron por qué se quería hacer una agenda nueva, si la anterior no se había respetado. Por tanto, este foro se convirtió en un fuerte impulso para Ley de Identidad y Género.
El imaginario colectivo
Cuando se hace referencia a una persona trans, uno piensa en alguien que trabaja en una estética o a un punto de prostitución, nos platicó David. De igual forma, sólo se piensa en un hombre que ahora es mujer, pero ¿dónde quedan las mujeres que ahora son hombres? Ellos son los hombres trans y viven en el anonimato.
‘Cuando visitamos diferentes puntos de sexoservicio, pudimos obtener algunas estadísticas. En las avenidas principales como Avenida Ermita Iztapalapa, Calzada Ignacio Zaragoza, Avenida San Lorenzo y Avenida Tláhuac, la parte que le corresponde a Iztapalapa, encontramos entre 34 hasta 45 puntos de prostitución en los cuales trabajan un promedio entre ocho a quince personas por cada uno’.
Es un alto número de personas que trabajan en la prostitución en esta zona. El promedio de educación es de preparatoria, algunos cuentan con carrera técnica y son pocos los que únicamente tienen la primaria.
‘Al platicar con ellas, nos dijeron que algunas venían del interior de la República y que tenían la expectativa de encontrar oportunidades para las personas trans. Sin embargo, al llegar aquí encuentran que no hay tantas oportunidades debido a los sesgos que existen como la transfobia, la homofobia y los feminicidios. Muchas optan por la prostitución por este motivo’.
La otra realidad
El tema de los feminicidios es delicado. A nivel Latinoamérica, ocupamos el primer lugar en crímenes de odio. Lo alarmante es que no hay dato exacto de transfeminicidios debido a que al fallecer, el servicio forense no dictamina si era trans hombre o trans mujer. Simplemente lo definen como hombre o mujer.
Otro tema preocupante es la muerte de personas trans debido a lo que se inyectan. Según la información recabada por el MDP, ocho de cada 10 chicas trans tienen alguna sustancia que no está permitida por el sector Salud ni por la Organización Mundial de la Salud como puede ser aceite de cocina, aceite mineral empleado para limpiar maquinaria pesada o aceite de bebé.
Ellas compran ocho litros de aceite de cocina y aplican cuatro en cada nalga con 40 jeringas. A estas sustancias que se inyectan las llaman ‘jugos’. David nos platicó que conoció a una chica cuyos ‘jugos’ se le fueron al tobillo, lo cual derivó en una grave hinchazón que unía la pierna con el pie. Ella llevaba 10 años con este problema. Al asistir a la clínica de salud en Iztapalapa, le dijeron que por su condición de transexual no la podían atender, que debía desmaquillarse y que ‘cuando fuera de cabrón, la podían atender’.
Una puerta más azotada en la cara
Pero, ¿por qué tomar la decisión de inyectarse este tipo de sustancias? David nos contó que la única clínica en el DF autorizada para realizar los procedimientos de terapia hormonal y seguimiento médico especializado para trans es la Clínica Especializada Condesa. Sin embargo, se ha visto rebasada por la cantidad gente que acude ahí por tratamientos. Curiosamente, el 60 por ciento de la gente que se atiende es de Iztapalapa.
Por tanto, MDP busca que se incluya en los planes de salud la opción de tener acceso a estos tratamientos sin costo alguno.
¿Qué hacer con el miedo?
Le preguntamos a David por la situación que enfrentan las personas trans. ¿Qué pasa si salgo de mi casa y me atacan? Lo ideal es que las autoridades acepten una propuesta para trabajar en este campo y que haya estadísticas reales al respecto.
Por su parte, el Movimiento de Diversidad Progresista colabora con las personas trans para aumentar su seguridad al brindarles los datos de los jefes de sector, de cuadrante, el nombre del comandante así como el teléfono que deben responder en menos de tres minutos. Sin embargo, esto no significa que se les conceda un trato preferencial.
De igual forma, ofrece talleres informativos sobre salud sexual y derechos humanos.
Es así como ellos se pronuncian por una sociedad incluyente donde todos los individuos puedan tener una buena calidad de vida.