Desde tiempos inmemoriales nos han dicho que si veías mucha pornografía tendrías síntomas similares a los de cualquier otra adicción. Que sería algo irrefrenable, que desembocaría en comportamiento sexual obsesivo y que si intentabas dejarlo, tendrías síndrome de abstinencia.
De hecho, la Universidad de Cambridge certificó esto con un estudio cuyas conclusiones aseguran que las reacciones del cerebro de un chamacón (o chamacona) que ve porno (en todos lados, todo el tiempo) son muy parecidas a las de un adicto.
Pero, oh… sorpresa. No es por desestimar a la Universidad de Cambridge, pero al parecer un nuevo estudio revela que esto es puro cuento.
Síntomas diferentes
Tras publicar la investigación (considerada como una de las más grandes que tratan el tema de la pornografía desde la neurociencia) en la revista Biological Psychology, sus autores, Nicole Prause y Vaughn Steele, han recibido cualquier cantidad de amenazas.
¿Por qué? Pues porque el estudio, que también involucró a investigadores de la UCLA, refuta que el cerebro de una persona que ve mucha pornografía reaccione igual que el de un adicto a la cocaína.
Participaron 122 mujeres y hombres, a quienes les hicieron un electroencefalograma mientras veían imágenes de todo tipo, desde las agradables como paracaidismo, neutrales como retratos, hasta desagradables como cuerpos mutilados y, por supuesto, imágenes sexosas.
Se midió la intensidad de la respuesta del cerebro y los resultados fueron concluyentes: quienes reportaron ser afectos a la pornografía no presentaron ninguna actividad característica de las adicciones en sus cerebros cuando vieron las imágenes cachondonas.
Un investigador de la Universidad Stony Brook dijo que los adictos a la cocaína tienen una fuerte reacción cuando ven una imagen de la droga y se esperaba lo mismo con la pornografía.
Los puntos sobre las íes
Ojo, eso no significa que los que se clavan durísimo viendo pornografía y que aseguran tener problemas por ello (como broncas con la pareja, deseos de ver porno todo el tiempo, desatender la chamba por estar clavado en YouPorn en el celular…) sean unos mentirosos. Pero, desde el punto de vista neurológico, el cerebro no reacciona igual que cuando tienes una adicción a una droga.
De hecho, por eso amenazaron a los autores. Cuando publicaron los resultados del estudio, muchas personas dijeron que no fingían tener estos problemas, que eran reales. Pero la utilidad de este estudio es que quienes se sientan devorados por la pornografía no deberían ser tratados como adictos (como lo hacen muchos grupos religiosos).
Ellos sugieren que se sometan a una terapia de aceptación y compromiso (sí, suena un poco romántico, pero al parecer es la mejor opción). De hecho, estudios hechos en la Universidad Estatal de Utah dicen que este tratamiento rifa para los que quieren bajarle a la intensidad de consumo de sexo en sus pantallas.
El siguiente paso para bajarle a los efectos negativos que podría tener la pornografía es dejar de considerarla como una adicción.