Quizás sólo soy desorganizada. No importa. El chiste es que he andado muy cansada y mi sueño –las pocas horas que tengo– se han vuelto sagradas. Generalmente soy de sueño ligero, cualquier cosa me despierta… y de un tiempo para acá, cuando duermo, me olvido de todo.
Dada mi nueva condición, he estado pensando mucho en la gente somnofílica o, lo que es lo mismo, en las personas que disfrutan –si es que se acuerdan al día siguiente– teniendo relaciones sexuales cuando están dormidas.
Antes, yo creía que esto era prácticamente imposible… ¿Cómo no te despertarías si alguien empieza a tocarte de forma erótica e inclusive llega a penetrarte mientras duermes?
Hay varios estudios donde científicos afirman que esto es posible, que es una condición en algunas personas. Es neta, no se despiertan ni se acuerdan al día siguiente de lo que pasó; son una especie de sonámbulos sexuales. Interesante, ¿no?
Insisto, con este nuevo estilo de vida, creo que podría caer fácilmente en algo así… Con lo cansada que me duermo, ¡les juro que no sentiría nada ni a nadie! Además, ha de ser divertido echar pasión –claro, siempre y cuando sea con alguien en quien confíes– y luego no estar muy segura de qué fue lo hiciste. Ha de ser una experiencia un tanto misteriosa.
Aunque, bueno, no se me alebresten, para los sexólogos la somnofilia es una expresión comportamental de la sexualidad y va desde frotar el cuerpo con las manos y/o las partes “íntimas” de alguien mientras duerme hasta realmente tener relaciones sexuales con una persona que está dormida –tiene el sueño muy pesado– y al día siguiente no se despierta ni se acuerda de lo que sucedió. Como ven, hay diferentes grados, no es tan estricta como parece.
De hecho, es bastante común. Y piénsenlo… ¿nunca han fantaseado con que llegue alguien, mientras están dormidas(os) y los empieza a tocar? Puede ser muy excitante para ambas partes. Yo creo que es una forma muy agradable, por ejemplo, de despertar.
Por ejemplo… estaría súper coqueto despertar a tu hombre con una felación. Aprovecha la erección matutina y hazle saber cuánto te gusta, despertándolo con un delicioso sexo oral. Créeme, seguro le amanece de buenas.
Y lo mismo en las mujeres… ¿no les encantaría que su pareja las despertara besándoles todo el cuerpo, recorriéndolas centímetro a centímetro? ¿Quién amanecería de malas así? A mí, ¡seguro no!
Entonces… atrevámonos a hacer cosas distintas, a experimentar, a sorprender a nuestra pareja. Un pequeño detalle puede hacer que todo mi día –inclusive mi semana– cambie por completo. Anímense… el resultado –se los prometo– valdrá la pena.
P.D. Recuerden que es importante que su pareja esté de acuerdo, no se vale forzar a alguien a hacer algo que no quiere. Así que si la/lo sorprenden mientras duerme y no le gusta, paren. Es importante, siempre, respetar los deseos y límites de la persona que está contigo.