¿Por qué nos gusta este madurito?
Que tire la primera piedra, la mujer que no se haya sentido atraída por este hombre de en seductora sonrisa. Con todo y que es un setentón es imposible imaginar a Nicholsoncomo nuestro abuelo, es más fácil pensar que es nuestro amante.
¿Pasa la prueba del añejo?
Este galán otoñal la superó y la sigue superando, no nos queda duda de que si lo encontráramos en un restaurante y nos echara ojitos caeríamos en sus redes.