Ufa, según la Dra. Laura Berman (especialista en sexualidad y relaciones de pareja), afirma que el 15% de las parejas casadas NO tienen relaciones sexuales. ¿Suena rudo, no?
Aunque la mayoría de las parejas cuando empiezan tiene una vida sexual plena y feliz, con el pasar del tiempo, los hijos, pedos financieros, problemas familiares y el día a día se van alejando -cada vez más- del placer de tronar los huesitos.
¿Cómo evitar esto? Aunque te suene a programa de Oprah: ¡Hablando!
La mejor manera de combatir esto es platicando sobre lo que sienten. Sabemos que no todos los hombres están dispuestos y más de un lector ya hizo mueca al leer el artículo. Pero ni modo, aunque crean que parece libro de auto ayuda, ser sinceros con respecto a lo que les gusta y lo que no ayuda.
También es importante que platiquen acerca de lo que echan de menos y por qué no… de lo que les gustaría probar.
Lo más importante de todo es que no lo echen en saco roto… hablar de sexo en su relación debería ser algo cotidiano y tan normal como hablar de los hijos, del programa favorito de tv, etc.
Sexo fuera de la recámara.
No me refiero a que te pongas a hacer el amor sobre la mesa de la cocina, la alberca, el coche, el jardín -que bueno, dicho sea de paso… ¡tampoco es mala idea!- pero lo que quiero decir es que NO HACE FALTA estar en el cuarto para sacar el tema o para practicarlo.
O sea, cualquier minuto del día es excelente para poder pensar sobre sexo… es más, ¡yo vivo de pensar y hablar de sexo! Es lindo compartir esos momentos del día en los que pensamos en algo kinky con nuestra pareja… hacérselo saber le hará ver que la deseamos en TODO momento y no sólo cuando estamos con poca ropa.
Consejo. Es cierto que hay personas a las que no les gusta o les cuesta trabajo hablar sobre su sexualidad fuera de las situaciones íntimas… si tu pareja es uno de estos casos, puedes probar a sacar el tema cuando esté ocupada(o) en otra cosa. Por ejemplo, mientras va manejando, cocinando, viendo la tele, en el supermercado – ¡siempre y cuando no haya gente alrededor!… no se vaya a sonrojar. El que esté ocupada(o), evita que se pueda sentir incómoda(o) con la pregunta… además, no tiene necesidad de verte a los ojos y como en teoría está ocupada(o) “haciendo algo” le da tiempo pensar sus repuestas.
Se positivo(a)
Esto va en serio… ser negativo y limitarnos a criticar –por regla general- NO SIRVE de nada. Habrá personas a las que la constante crítica las motiva, pero cuando ésta viene de nuesto peor es nada… criticar no nos va a dar los mejores resultados.
Empezar una conversación con frases como: “ODIO que me hagas…”, “NUNCA cogemos”, “ME CHOCA cuando…”, “SIEMPRE hacemos lo mismo” provocan fácilmente que la otra persona se ponga a la defensiva; lo más que vas a lograr con este tipo de frases es que la otra persona se justifique o se sienta mal.
Además, si constantemente utilizas este tipo de frases, por asociación la otra persona dejará de hacer o de probar cosas nuevas porque pensará que ¡total!… NADA te gusta ni te parece.
Consejo. Cuando quieras pedir algo en la intimidad, intenta empezar por decirle lo que TE GUSTA; las cosas que hace y que disfrutas; también le puedes decir qué te gustaría o cómo te gustaría. Por ejemplo: “ME ENCANTA cuando… y me GUSTARÍA si…”, “AMO que me toques…”, “ME FASCINA hacer…”. Créeme, esta manera es mucho más asertiva y te ayudará a conseguir lo que quieres de forma más fácil.
Lista de los deseos.
Es básica. Será muy difícil que consigas lo que quieres sino sabes qué quieres. Tal vez tu vida sexual te parece aburrida y te gustaría ponerle un poco de picante a las cosas, probar nuevas posiciones, incursionar en los juguetes sexuales o simplemente jugar algún juego erótico. Bueno pues, ¡no te limites a llorar por los rincones diciendo: “qué aburrida mi vida sexual”!
Piensa en qué te gustaría cambiar… de otra forma cuando tu pareja te pregunte “¿Qué quieres que haga?” y tu no tengas ni una sola propuesta, lo único que generarás será más frustración en los dos.
En resumen, trata de no guardarte tus deseos sexuales; lo mejor es compartirlos con nuestra pareja. Aunque, en ocasiones, parezca que lo que proponemos no lo(la) convenza… días después puede sorprenderte.
Hablar de sexo es divertido y nos ayuda a mantener nuestra vida sexual ardiente.