La comunidad científica estaba feliz y orgullosa: por fin había logrado producir un anticonceptivo para hombres con el 96% de efectividad, casi equiparable a la de las pastillas que toman las mujeres, porque sólo 4 de 266 parejas lograron un embarazo tras probar la inyección por un año, mientras que sólo 1 de cada 100 mujeres se embarazan al ingerir la pastilla.
La inyección contiene dos hormonas: progesterona para bloquear la producción de esperma y testosterona para compensar la reducción de hormonas masculinas.
Todo iba bien hasta que 20 de los 320 hombres que usaron la inyección se quejaron de que los efectos secundarios eran demasiado fuertes, los cuales incluyen depresión, dolor muscular, cambios de humor, variaciones en el libido y acné.
Chilangas, ¿no les parece familiar todo esto? Efectivamente, si toman la pastilla entenderán esto muy bien.
Entonces, aunque había optimismo respecto al uso de esta inyección masculina, los investigadores han decidido retrasar su salida para perfeccionarla. Esta decisión ha provocado protestas entre grupos de mujeres que demandan básicamente que los hombres sientan aunque sea un poco de lo que sienten ellas al tener que estar tomando todo el tiempo la pastilla anticonceptiva. Así mismo, reclaman que la mujer ha sido por años la principal responsable de la anticoncepción desde que se inventó la pastilla.
¿Qué opinas de este tema? Chilangos, ¿usarían la inyección?
Puedes leer la noticia original aquí y la postura de una periodista acá (fuente: independent.co.uk)
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