Una cosa es que te arrepientas de haberte empacado esos tamales ayer y que, en consecuencia, por la noche te sientas un poco hinchado para presumir abdomen y seducir a tu pareja y otra muy distinta es que jamás quieras ponerle carne al tamal por tener terror a lucir desnudo.
Aunque lo duden: muchas personas sufren de fobias sexuales. Se presentan como un miedo irracional, constante y sonante y sin motivo alguno a ciertas sensaciones o experiencias sexuales.
Ok, vamos por partes. El temor nos prepara ante situaciones desconcertantes; nos alerta para andar a las vivas y evitar que nos agarren como el tigre de santa Julia; es la señal más primitiva de supervivencia. Pero, ¿quién, en su sano juicio, podría tenerle miedo a tener sexo? ¿o a hablar sobre el tema? o peor aún: ¿quién diablos podría tenerle miedo a un simple pene?
Pues sí, esos valedores existen y son más comunes de lo que podríamos creer. Estas fobias les impiden tener relaciones sexuales, por lo que si te has topado con alguien que prendió el bóiler, pero no se metió a bañar sin motivo alguno y además salió disparado con un terror absoluto, probablemente le aqueje alguna.
De hecho, según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México, realizada por la doctora María Elena Medina Mora en 2003, los trastornos mentales más frecuentes entre nuestros compatriotas son las fobias específicas. El 7.1% de la población presenta alguna. Ah, canijo.
Aquí les presentamos las más comunes:
Genofobia
Es el miedo al sexo. Puede ser originado por un severo trauma como una violación o abuso sexual en la infancia o por haber visto o presenciado un acto sexual que le haya impactado psicológicamente. Pueden llegar a considerar al sexo como algo infinitamente desagradable o asqueroso.
Vaginismo
Esta fobia hace referencia al dolor que produce tener relaciones sexuales (?). Sí, así como lo leen. Las chicas que la padecen tienen terror a sufrir algún malestar provocado por la penetración, por lo que cuando están a punto de anotar… ¡zaz! se cierran sin que haya posibilidad de echarse una cascarita. De hecho, también les da miedo usar un tampón o ir al ginecólogo.
Medomalacufobia
Chicos, si se pasman por el miedo que les provoca que su soldado no se mantenga firme, quizá sufran de esta fobia. Es el pánico irracional a perder una erección.
Eurotofobia
Si ver porno te da náuseas y mareos, checa esto: la eurotofobia es el miedo persistente a los genitales femeninos. Les genera tanto asco como si alguien les cantara Oaxaca encima. (¿Las imágenes de Kendall Jenner sin ropa te producen repulsión? Ok, seguramente formas parte de las filas de esta fobia).
Falofobia
Ese instrumento que nos mete alegría en múltiples ocasiones puede resultar terriblemente asqueroso para algunos/as. Esta fobia se refiere al miedo sin razón al pene. Bah, de lo que se pierden.
Venustrafobia
Tener miedo a las mujeres hermosas no es algo poco común. Muchos se paralizan ante una chica escultural, pues creen que no son merecedores de tanta belleza contenida en una sola mujer. Quienes padecen esta fobia no pueden mantener una relación con una chica guapísima.
Erotofobia
Uy, de lo que se pierden. Esta fobia puede ser muy común entre los/las que fueron educados en escuelas religiosas, donde se prohibían los temas sexuales (bueno, no significa que ahora se aborden ampliamente, pero al menos ya no son tan apretados). Les causa un inmenso terror hablar sobre sexo o responder preguntas relacionadas con este tema.
Gimnofobia
A ver, recuerda tus años mozos en preescolar. ¿Alguna vez saliste sin ropa del cuarto? Si tu mamá te echó un grito ensordecedor en el que te pedía encarecidamente que ocultaras tus “cositas” (en palabras de tu querida madre), probablemente sufras de esta fobia. Es el miedo a andar con traje de Adán y Eva y muchas veces es causado por las prohibiciones que nos inculcan cuando aún no alcanzamos el timbre. Tenemos claro que Paris Hilton no la sufre. Ni siquiera un poquito.