En la actualidad basta con ponerse un condón, tomar pastillas, usar un parche o utilizar un implante subdérmico, por mencionar algunos métodos anticonceptivos, para evitar embarazarse.
Sin embargo, este deseo por no traer chamacos al mundo no es una novedad. “No existe una sociedad en la que no haya habido control natal. Es una práctica universal y de todos los tiempos”, aseguró Linda Gordon, PhD, profesora de historia de la Universidad de Nueva York y autora del libro “The Moral Property of Women”, a la revista estadounidense Health.
Pero no siempre fueron tan prácticos y novedosos como los que conocemos ahora. Aquí te presentamos los métodos que las personas han utilizado a lo largo del tiempo. Y vaya que se pusieron rudos con la creatividad:
1. El primer condón
En Francia, precisamente en unas cuevas llamadas Les Combarelles, existen unas pinturas rupestres de hace más de 12 mil años. En ellas se puede a un hombre que utiliza una especie de condón para tener relaciones. Fíjense, nomás.
2. Tapón escatológico
Sí, guácala, pero al parecer la necesidad era mayor. Según los historiadores, alrededor del año 1850 a.C., en Egipto y en la India, las mujeres mezclaban el estiércol de cocodrilo con miel para introducirlo en sus vaginas y bloquear el esperma. Ni siquiera queremos imaginar a qué olía eso, por lo que si no funcionaba el método, por lo menos creemos que sus parejas huían disparadas en dirección contraria.
3. Estornudos liberadores
Sorano de Éfeso, uno de los médicos que sentaron las bases de la Ginecología, también tuvo algunas ideas deschabetadas. Decía que después del sexo, las mujeres debían pararse de inmediato, ponerse en cuclillas y estornudar. Quizá para lograrlo había que hacerlo en un lugar muy polvoso…
4. Así ni quién se embarace
En China, no se andaban con medias tintas. Las mujeres tomaban mercurio caliente después de tener relaciones, lo cual no sólo evitaba el embarazo, sino que las dejaba estériles, e incluso, a muchas les provocó la muerte.
5. Elimina virus, hongos, bacterias y… embarazos
Aproximadamente en la década de los 30, era LA onda usar Lysol como anticonceptivo (?). Para empezar, la publicidad era terriblemente machista, pues decía que lo debían usar las mujeres casadas (o sea, solteras “lochonas” debían abstenerse) y que no necesitaba de etiquetas que advirtieran si era nocivo para ellas. La Asociación Médica Estadounidense entró al quite y dijo que no debía utilizarse para estos efectos.
6. ¿Una salchichita?
Según el libro titulado: “El Condón”, escrito por Paul Allen, un inmigrante judío llamado Julius Schimid viajó a Estados Unidos en 1865 y encontró trabajo en una fábrica de salchichas. Al ver esta mina de oro, decidió fabricar una especie de condones con los intestinos de los animales. Pronto se convertiría en el mandamás de los condones.
7. Si la vida te da limones…
Exprímelos en tu vagina y úsalos como diafragma, o al menos eso creían antiguamente. Pensaban que la cáscara servía como un capuchón cervical y el jugo de los limones, como un espermicida. La leyenda cuenta que si pones atención, aún puedes escuchar los gritos milenarios de esas chicas que tenían una herida en los genitales y que utilizaban este extraño método.
No está de más decir que no prueben esto en casa. Mejor vayan a la farmacia y compren un condón: rápido y sencillo.
Con esto podemos constatar que la imaginación y las ganas de evitar un embarazo no tienen límites. ¿Qué otros métodos caseros han escuchado?
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