Lástima, Margarito. Si has creído todo lo que tu pareja te ha dicho sobre el sexo, es muy probable que te haya visto la cara.
Pero bueno, tú no vendes piñas, ¿eh? Un estudio revela que tanto hombres como mujeres mienten con todos los dientes cuando se trata de responder preguntas relacionadas con su vida sexual.
Así que no te hagas el santo y checa esto:
Mentiras que queman como fuego
Resulta que por algún extraño motivo, ya sea farolear, no quedar en vergüenza o hacer gala de una vida sexual apabullante, todos mentimos respecto a nuestro historial sexual, según reveló un estudio realizado por la Universidad de Ohio.
La profesora de psicología y directora de la investigación, Terri Fisher, decidió entrevistar a 293 hombres y mujeres heterosexuales, entre 18 y 25 años, que fueran estudiantes de esta universidad para llegar a sus conclusiones. Los cuestionarios incluían preguntas sobre 124 comportamientos diferentes y la frecuencia con la que los tenían.
Se les preguntó sobre sus pillerías sexuales y las actividades que desarrollaban “según su género”. Para ello, a la maestra se le ocurrió conectar a algunos a un polígrafo, por aquello de la veracidad de sus palabras, y a otros, nomás a responder la encuesta sin nada.
Las mujeres que no estaban conectadas al aparato dijeron haber tenido menos parejas sexuales, haber perdido la virginidad mucho más tarde y haber tenido dos que tres encuentros ocasionales de sexo con desconocidos. O sea, prácticamente unas santitas.
Ah, pero los hombres que no estaban conectados salieron como unos gigolós y aseguraron todo lo contrario: que habían tenido más parejas sexuales, que habían perdido su virginidad desde chavitos y que habían tenido varios encuentros de sexo ocasional.
Según el equipo de Fisher, las personas mienten para encajar en el estereotipo social, o sea, “las mujeres deben ser unas santas y los hombres unos atascados”.
Ahora bien, el grupo al que se le conectó al polígrafo desmintió al otro: las mujeres aseguraron tener más parejas sexuales y los hombres, menos. O sea, se sintieron presionados por decir la verdad.
Cómo han pasado los años
En 2003, Fisher hizo un estudio similar, pero los resultados fueron diferentes. Cuando las mujeres no se conectaron al polígrafo, aseguraron tener menos parejas sexuales que los hombres, pero al enchufarlas confesaron tener la misma cantidad que ellos.
Es decir, con el paso de los años han aumentado las pintitas al tigre, pero bajo ninguna circunstancia se atreven a decir la verdad. O sea que las chicas se sienten presionadas por confesar que cumplen con “las exigencias de la sociedad”, pero bajo el agua tienen una vida sexual más divertida.
Bah, quizá hay que limitar esas preguntas incómodas sobre la cantidad de personas con las que se ha acostado tu pareja o a qué edad perdió su virginidad. Finalmente no es información que te beneficie y lo más probable es que te diga puro pájaro nalgón. Así que, ¿para qué hacerse enredos en la cabeza?