Por Ruy Feben,
que prefiere la comodidad de su hogar.
Verano, calorcito, vacaciones… tiempo perfecto para echar pasión. Como los chilangos somos una especie rara, hemos buscado las locaciones que más nos gustan para ejercitar el galano arte de amar. Acá los resultados.
¿Cómo funciona?
Estás llegando por la noche (a eso de las 2 de la mañana, pues) a dejar a tu chava a su casa. Afortunadamente, ella vive en un octavo piso. Por ahí del tercero, la combinación de copas y rockandroll prende la noche. De ahí tienes dos opciones: o para el elevador (lo cual puede ser un llamado para equipos de rescate que les rompan el mood en el momento más inoportuno) o hacer rapidez de tus artes para pasarla chido durante cuatro pisos. Créenos: hacer esto último mejorará tus técnicas cada vez más.
¿Quiénes son fans de esta locación?
Tórtolos en edad post adolescente que viven con sus padres, oficinistas (imagínate echarte un rapidín bajando de la Torre Mayor) y demás calenturientos express.
¿Qué es lo peor que podría pasar?
Que en el momento en que vas arribando al piso destino, justo cuando te estás arreglando el pantalón y tu chava se está acomodando la falda, aparezca tu suegro en pijama.
¿Qué elevadores sugieren?
El de la Torre Mayor, el Pantalón, la Latino (si no va atascado, a menos que quieras público) y el del hotel W.
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