¿Cómo funciona?
Vas saliendo del cine. De pronto, en pleno camino, se arman los besos. No tienes varo para pagar un motel, ni depa a donde caer para echar pasión. Entonces, apasionado, detienes el auto en una calle oscura y comienzas a hacer de las tuyas.
¿Quiénes son fans de esta locación?
Estudiantes, preparatorianos, calenturientos en general (con gusto por la aventura) y, admitámoslo, a todos nos gusta echar pasión furtiva una vez cada tanto.
¿Qué es lo peor que podría pasar?
Bueno, varias cosas. Para empezar, que llegue una patrulla (si tú eres mayor de edad y tu chava es menor, agárrate). O que, de la nada, aparezca una banda de borrachos que te eche porras. O que no traigas un condón a la mano.
¿Qué calles sugieren?
“Fuego”, en Pedregal. O muchas de la Colonia del Valle (“Patricio Sanz”, por ejemplo). En la Condesa, alguna no muy transitada, como “Sombrerete”.
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