Lo intenté, pero -evidentemente- no lo logré. Además, por si fuera poco, mi cuerpo huele a ti, mi cama está bañada de tu esencia y yo, estoy triste por tu ausencia.
Hoy, me está costando trabajo escribir la columna. Quisiera escribir de tantas cosas y de nada a la vez. Estoy sacada de onda; seré todo lo terapeuta que gusten y manden, pero creo que contra este tipo de sorpresas una nunca está vacunada.
Y es que, no sé ustedes, pero creo que yo nunca voy a terminar de entender este tipo de situaciones. Salía con alguien -o cuando menos eso creí- y hoy me "confesó" que tiene novia.
Esa confesión, no la vi venir y si debo ser muy sincera, creo que no me molesta tanto el hecho en sí; como el sentirme engañada y por qué no, utilizada. Y lo mejor de todo es que jura que me quiere en su vida… en calidad de amante, claro. Me pregunto en qué momento pasamos del: "me encantas, te quiero conocer para ver qué onda" al "tengo novia, pero te propongo que seamos amantes".
No tengo nada contra las amantes, es una decisión personal qué tipo de relación quieres en tu vida. Si desde el principio sabes a lo que le tiras; ya será cosa de cada quien si le entra o no. Y tal vez, en otro momento de mi vida, hubiera aceptado la propuesta… hoy no.
Hoy, quiero un hombre para mísolita y no estoy dispuesta a ser "la otra"; la que siempre estáde buenas, sonriente y complaciente. Esa que siempre está ahí para él, pero que cuando lo necesita, él tiene cosas más importantes que atender.
Hoy, no estoy dispuesta a conformarme con las migajas que alguien me quiera ofrecer; y por supuesto que duele. Duele ver cómo se mueren las ilusiones. Y es que, fue inevitable soñar con posibilidades, jugar con ideas románticas y la aparición de un apasionado amor. Me di permiso de hacer las cosas diferentes a como comúnmente las hago y no me arrepiento; aunque el resultado final no está siendo como imaginé en mi cabeza… lo aprendido y vivido ¡nadie me lo quita!
Mi mayor consuelo… estar segura que este dolor -como muchos otros- también pasará.