El negocio de la compra y venta de calzones usados podría parecer algo inimaginable. La serie “Orange is the New Black” lo popularizó, gracias a la genial idea de Piper de dárselos a las reclusas para que lo utilicen durante sus actividades diarias y venderlo a su asidua clientela. Pero, ¿a quién diablos le interesaría recibir, en la comodidad de su hogar, unos calzones sucios? Pues aunque no lo crean, a muchos.
Si quieren saber cómo es este negocio o si quieren entrarle para ganar unos morlacos extras, sigan leyendo:
Aunque usted no lo crea
¿Por qué a alguien le interesaría oler calzones usados? Bien, simplemente porque les excita; es un fetiche. Algunos argumentan que las feromonas son las culpables de ello, otros dicen que el hecho de saber que alguien más se los puso antes de que llegaran a sus inquietas narices puede enloquecerlos.
El caso es que a algún fetichista con espíritu nato de vendedor vio una oportunidad de negocio en este rubro.
Se comenzó a saber de esto cuando vimos en las noticias que los japoneses ya nos llevaban ventaja en esto gracias a las máquinas expendedoras y a las tiendas llamadas Burusera en donde las chicas proveedoras venden sus chones entre cinco y diez mil yenes y la clientela los consume con singular alegría.
Lo malo es que también menores de edad comenzaron a vender sus prendas. Y ante ello, como revela una nota publicada en The Japan Times, el ex gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, lanzó una ley que prohibía que la chaviza menor de 18 años pudiera vender sus chones.
¿Cómo funciona?
Bien, les daremos los dos panoramas: el de vendedor y el de consumidor.
Para que una chica pueda vender sus pantaletas debe considerar diversos aspectos. En México aún está muy precario este sistema, a diferencia de países como Estados Unidos que cuenta con sitios especializados en ello (como veremos más adelante).
Quienes desean vender sus prendas en una plataforma mexican curious lo pueden hacer a través de Mercado Libre o Locanto. Las ofertas que encontramos ahí son escasas y los precios varían entre 190 y 500 pesos (más envío). Algunas chicas ofrecen cartas escritas con su puño y letra para darle la ventaja competitiva a sus productos. Y bueno, como bien saben, si la autenticidad o calidad de la ropa que obtengan los clientes no es la esperada, recibirán malas calificaciones.
Por otra parte, no está exenta la posibilidad de crear tu propia página, o bien, ofertar a través de tus redes sociales (con el riesgo de que algún espantadizo te reporte).
Como decíamos anteriormente, en Estados Unidos esto es algo cotidiano. Páginas como Pantydeal, Pantytrust o Pantyzoo cuentan con todo un sistema de compra y venta de prendas íntimas bien estructurado. Todas estas páginas avalan la autenticidad de sus productos, ya que como cualquier otro negocio, uno no está libre de recibir gato por liebre.
Algunos de estos sitios cobran una membresía para poder vender tus prendas y otros se quedan con una comisión de tus ventas para costear gastos de envío y del propio portal. Posoye, si no, ¿dónde está el negocio?
¿Hasta dónde puedo crecer como vendedor?
Entrevistamos a Fernando Sánchez, un verdadero profesional comprador y vendedor de calzones usados desde hace más de 10 años. Él nos platicó que sus transacciones las realiza a través de una aplicación llamada Europa Cam Hot, una comunidad de parejas, fetichistas, exhibicionistas, donde uno puede entrar sólo a través de recomendación de otro usuario que está ahí dentro.
Cuenta con ocho proveedoras que le venden sus prendas íntimas, que a su vez, revende en 500 o 600 pesos a clientes ubicados en Australia, Arabia Saudita, China, Japón o España. En una buena semana ha logrado ganar hasta tres mil pesos, nada mal para sacar unos centavitos extras, ¿o no?
¿Qué aspectos se deben tomar en consideración?
Para asegurar que el calzón llegue en buenas condiciones, el empaque más empleado es el de una bolsa de plástico con cierre.
El tiempo de uso de la prenda varía, pero por lo regular se solicita un día de uso y hay quienes especifican las condiciones: tras haber tenido relaciones sexuales, después de caminar o correr, en los días de ovulación (que son los más caros) o sin que se hayan depilado, ya que todo esto aumenta considerablemente el aroma.
Seguramente muchos se preguntarán por el físico de la chica. Bueno, pues les tenemos una noticia: a muchos les vale sorbete. De hecho, por seguridad de la proveedora, solicitan sólo la foto de la cadera, donde se vea que porta el calzón que enviará. Una vez hecho el pago, pueden enviar foto del puente si así lo desean.
Si eres comprador y te quieres convertir en un coleccionista, deberás ahorrar una buena lanita, ya que este gustito no sale tan barato. El envío tarda aproximadamente cinco días, lo cual permite que se conserven los aromas.
La mayoría de las transacciones se hacen por Paypal, como lo manejan sitios como Mercado Libre. Así que el riesgo de que les hagan de chivo los tamales es menor.
Puedes solicitar las características que deseas recibir, sólo considera que deberás invertir más si te pones muy exigente.
¿Por qué sólo las chicas?
No sólo se venden calzones usados de chicas, también hay chicos/as a los que les interesa adquirir este tipo de prendas empleadas por hombres. Sin embargo, existe una mayor demanda de choninos utilizados por mujeres.
Y eso sí, tanto hombres como mujeres compran calzones usados de otras chicas.
¿Puedo vivir de esto?
Pues tanto así como vivir de eso, quizás no, pero nadie quita que te llegue una buena lanita extra.
¿Qué dicen? ¿Le entran o les da miedo?
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