Sea lo que sea, como decía esa canción guapachosa de Garibaldi: “Cuando yo estaba soltero sólo una novia tenía, y ahora que ya estoy casado, suerte la mía… En el barrio donde vivo conocen mi situación y al saber que soy casado tengo nenas al montón…”.
Bueno, basta de música, vayamos al grano.
Pensemos: ¿Por qué nos atraen los hombres/mujeres comprometidos?
Sí, no se hagan los que la Virgen les habla. Recuerden aquella vez en la que estaban en esa fiesta a la que no querían ir, Paty los presenta con ese ser guapísimo/a, de buen humor, plática interminable, culto/a que, en un momento de la plática, dice: “sí, a mi novia/o también le gusta el chocolate”. Zaz… tiene novia/o o está casado. El termómetro que estaba a punto de estallar baja a menos cero… ¿o no?
Mmm… puede ser que no.
Resulta que -¡pum!- intercambian teléfonos y desde ese día platican durante horas por Whatsapp. Él/Ella te cuenta que las cosas con su novia/o no van tan bien en realidad, que tienen muchos problemas, pues a ella/él ya no le gusta el sexo y prefiere ver las cosas de la boda durante las noches. Él/Ella está todo el tiempo como lobo en celo. Aw, pobrecito, piensas.
Y comienzan a salir, van por un café, después por una chela y al final… se fuman un cigarro acostados en la cama. Obvio sin ropa, duuh.
Pero a ver, ¿por qué nos atraen los que “ya están ocupados”? ¿Qué los hace diferentes de otros candidatos libres como el viento y no tan peligrosos como el mar?
Preguntamos a varias personas y esto fue lo que nos contestaron:
El valor de la experiencia
Sí, aunque sólo haya tenido una novia (lo cual, quizá sea una mentirilla), ya saben de qué lado masca la iguana, ya que están en esas constantemente y diario tienen a alguien que les exige mejorar el asunto. Es decir, los ha ido perfeccionando, algo así como un diamante en bruto y a nosotros nos toca disfrutar de esa bella joyita. El buen sexo es una de las cosas por las que las personas optan por salir por personas comprometidas, saben que de una u otra manera ya sabrán cómo hacerle para que nosotras/os veamos estrellitas.
Cero compromiso
Ego: elevado
MILF
Celebrar la victoria
El sabor de lo prohibido
La adrenalina que produce buscar un rinconcito para besarse después del trabajo sin que nadie los vea, acordar el lugar para encontrarse y buscar los pretextos para que la pareja formal no se dé cuenta de que uno sale con alguien más le imprime a toda esta situación una sensación de montaña rusa que resulta novedosa e intrigante al jugar con la emoción y el desafío de los límites.