Dicen que entre más, mejor… pero las chicas con grandes senos podrían diferir un poco con esta afirmación. Sus atributos son el sueño anhelado de quienes tienen unos incipientes pellizcos en esa zona. Sin embargo, tener unas delanteras marca Acme también tiene su lado B (así como múltiples ventajas).
Aquí les compartimos algunas:
1. ¿Bailar de lejos no es bailar? Sí, cómo no… Inténtenlo con dos obstáculos de por medio. Mejor aplicamos el: de lejos se ven los toros.
2. Saltar con las manos arriba. A ver, chato, a menos que me prestes un sostén deportivo, esto es una misión imposible.
3. Comprar un vestido que te quede bien por todos lados. Entra a la perfección por tu cadera, te ajusta hermosamente por la cintura, te estrangula horriblemente en el busto. Y si eliges otra talla, todo se descuadra de nuevo.
4. El botonazo. Igual que con el vestido, pero con blusas de botones. ¡Ay, mis hijos!
5. Comer palomitas en el cine. Tu (nada tonto) novio sabe que podrá encontrar alguna que otra palomita perdida por esos rincones.
6. Bajitos, absténganse de dar abrazos. Claro, a menos que una lo quiera, abrazar a alguien más bajito que una chica con grandes atributos, resulta bastante incómodo…
7. Quitarse el sostén es una leyenda. A menos que quieras sentir la temperatura del suelo.
8. ¿Dormir boca abajo? ¿Qué es eso? Estaría genial que vendieran colchones con dos orificios estratégicos para las chicas con grandes gomas.
9. Apoyarte para comer o platicar en una mesa. Inmediatamente tus senos se instalan muy comodinos sobre la mesa.
10. Evitar miradas hacia ese punto. Hola, mis ojos están AQUÍ arriba. Gracias.
11. Cualquier blusa con un escote medianamente pronunciado se convierte en un escotaxxxo.
12. Los enfrentamientos con los baches y topes. Con cada uno hay que hacer una medición en la escala de Richter.
13. Tres palabras: dolor de espalda. La intensidad del dolor es directamente proporcional al tamaño del busto.
14. Los desagradables chistes en la secundaria o la prepa. Todos los patanes se creen bien jocosos a costa de una.
15. Playeras pegaditas con estampados de letras. Imposible descifrar lo que ahí dice.
16. ¿Vestidos corte imperio? Snif, adiós, Nicanor.
17. Encontrar un BUEN traje de baño. Y con BUEN traje de baño nos referimos a uno que ofrezca un buen sostén y que al salir del mar, una no se quede en traje de Eva.
18. Los tirantes de los brassiers quedan aguados. Como hay que jalarlos constantemente, no aguantan vara. Pfff… tan delicaditos ellos.
19. El cinturón de seguridad nos divide. Izquierda, derecha, left, right.
20. Una no se puede inclinar tranquilamente a recoger algo. Y cuando una lo hace, todas las miradas están AHÍ.
21. Es un poco difícil encontrar un bra sexy. Habrá en tallas menores, pero la que uno busca, nanay.
22. Las bolsas que se cruzan enfrente crean una revolución. Y generan un abismo.
23. Al dormir, siempre se sale una. ¿A dónde crees que vas?
24. ¿Blusa sin espalda? Por favor. Como siempre hay que usar bra, es imposible ponerse una blusa así. Claro, a menos que te pongas un bra con uno de esos tirantes traseros “transparentes” (que son todo menos transparentes).
25. El mejor lugar para asentar… todo. Tu cerveza, tu teléfono, tu papada. TODO.
26. Si te pones un vestido con corsé, parecerás la Reina Victoria. De alta alcurnia.
27. Eso sí, siempre, SIEMPRE se verán muy femeninas. Posoye, una siempre tiene que valorar y sacarle provecho a esos atributos. ¡Cómo no!